Hemos recibido el mensaje que reproducimos a continuación.
R. de A.
CARTA
ABIERTA A LA ALCALDESA DE MADRID SOBRE LA CONDENADA RITA MAESTRE
En
Madrid, a 18 de marzo de 2016
Excma.
Sra. Manuela Carmena Castrillo:
Excma.
Alcaldesa de Madrid, le escribo en mi condición de Presidente del Centro Jurídico
Tomás Moro, institución creada en el año 2004 para la defensa de la
dignidad de la persona, de la familia y de los derechos humanos. Y ello para
solicitarla una reunión personal con usted en compañía de nuestra Junta
Directiva.
El motivo de la
misma es buscar una solución a la imagen
de permisividad e intolerancia que está mostrando nuestra ciudad de Madrid
últimamente. Todavía están
frescas en la retina de los ciudadanos las imágenes de las vejaciones y
discriminaciones que recibieron unas
mujeres rumanas a manos de los jóvenes "hinchas" del PSV Eindhoven.
Sin embargo, más lamentable aún fue la indiferencia de los madrileños
presentes, pues su reacción, en vez de intervenir para impedir la ofensa a los
mínimos sentimientos de humanidad, fue la de mostrar la más dura y fría
indiferencia.
Es más, su misma portavoz, doña Rita Maestre, dijo
en comparecencia pública que el Ayuntamiento rechazaba estos «hechos lamentables que no tienen
cabida en una ciudad como Madrid». Sin embargo, a la mayor parte
de la ciudanía de Madrid tales declaraciones les han parecido poco, pues lo
mínimo que se puede exigir, como reparación al daño infringido, era la
declaración de «persona non grata» a los autores de esta agresión a la
dignidad humana.
Esta tibieza dejó en
entredicho al propio Ayuntamiento, entredicho que se
ha convertido en indignación cuando los madrileños hemos visto su actitud de
amparar a Rita Maestre, condenada por un
delito contra los derechos y libertades fundamentales como autora de un delito
contra los sentimientos religiosos. Es más, como contempla la propia Sentencia,
en su página 15, tal delito lleva inherente la agravación por
discriminación de este tipo de comportamientos.
Por tal motivo
solicitamos la reunión con usted, pues queremos transmitirle la necesidad, que
quizá ignora, de que todos los políticos
(sean representantes de la nueva o de la vieja política) se comprometan a
defender los derechos civiles y abominen de toda forma de discriminación. La raíz del mal de
todo "grupo de odio", y por tanto de toda forma de discriminación e intolerancia,
es siempre la misma: la ausencia de la capacidad para empatizar con el otro,
con el que piensa de forma diferente, con el que es de otra raza o de otra
nación, o practica una confesión religiosa. Su grupo municipal
está formado por gentes que han hecho de la política su profesión y que se ríen
de las víctimas de ETA, del genocidio judío, de los católicos por ser tales,
que piden el magnicidio para determinados políticos de otros partidos y, en
fin, que pretenden, en su cinismo, defender sus desafueros justificándoles en
el ejercicio de la libertad de expresión.
Queremos explicarle
la necesidad de que usted y sus concejales comprendan que las libertades, aun
las fundamentales como la de expresión, tienen un límite: el derecho del otro
a su propia dignidad e identidad. Y es que usted misma
se hubiera escandalizado si alguno de sus concejales hubiera justificado a los
hinchas del PSV sosteniendo que el hecho de mofarse de unas indigentes no era
tan grave, pues al fin y al cabo los autores eran todos ellos jóvenes. Sin
embargo, parece no escandalizarla lo que usted misma dijo al sostener que lo
imputado a doña Rita Maestre no era grave, pues había sido un simple «episodio
de juventud». Del mismo modo se
hubiera escandalizado si alguno de sus concejales hubiera sostenido que lo que
hicieron estos jóvenes aficionados al fútbol fue un ejercicio de expresar
libremente su jovialidad por el próximo partido. Sin embargo,
ningún rubor ha tenido usted en sostener, hoy mismo, que lo que hizo la Sra.
Maestre fue ejercer su derecho a la libertad de expresión.
Con esta reunión
queremos transmitir a la ciudanía que al menos es usted receptiva a las demanda
de sus administrados y que usted respeta firmemente nuestras convicciones. Del
mismo modo queremos que nos explique como una alcaldesa que pretende serlo de
todos los madrileños, y encima con el añadido de haber sido juez, puede
justificar que no dimite porque la Sentencia no es firme. Y es que aunque
hubiera sido absuelta, lo que demuestran
las fotos y videos exhibidos en el juicio es que su portavoz se excedió en su
libertad de expresión hasta el punto de pisotear los derechos de otros (en este caso los
fieles católicos). Y, lo que es más grave, que sigue defendiendo su actuación,
pues fue incapaz, en su turno de última palabra, de pedir perdón a las víctimas
presentes en la sala del juicio, alguna de la cuales, el 10 de marzo de 2011,
sufrió un ataque de pánico. Durante el juicio ni
se inmutó cuando oyó las desgarradoras declaraciones de las víctimas, del
estupor y del miedo que pasaron.
Desde el Centro
Jurídico Tomás Moro queremos transmitirla que los católicos no
pedimos ningún privilegio, sino simplemente
que usted diga de las mofas de las que nos hizo víctimas la Sr. Maestre lo
mismo que la Sr. Maestre dijo de la mofas que sufrieron las mujeres rumanas
solo por ser rumanas, es decir, que son «hechos
lamentables que no tienen cabida en una ciudad como Madrid». De no hacerlo y de seguir amparándola, usted se mostrará tan
dura, fría e indiferente a los derechos a la dignidad humana como aquellos
madrileños presentes en la Plaza Mayor que no quisieron recriminar a los
forofos holandeses su actitud.
Entendemos, por tanto, que no es
demasiado pedir que califique lo que realizó la Sra. Maestre al menos con los
mismos términos que utilizó usted para las imágenes de la Plaza Mayor: "humanamente
terrible",
Javier Mª Pérez-Roldán y Suanzes-Carpegna
Para más información:
info@tomas-moro.org
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