BIEN POR LA INICIATIVA,
MEJOR POR TELMO ALDAZ,
PERO UNA QUEJA A
“INTERECONOMÍA”
“DANDO CAÑA”… ¿A QUIÉNES
Y A QUÉ?
LOS CIUDADANOS
TENEMOS mucho que reprochar. Y que denunciar. ¿Es que, con todo lo que “está
cayendo” no va a pasar nada? ¿Es que nada hay que cambiar? ¿Tan sólo cambiarán
algunas personas, las que designen los tribunales como culpables, para que el
día de mañana caigamos en “más de lo mismo”? ¿Cuál es el origen de
los males?; porque los frutos ya los conocemos.
Son muchos los
que se preguntan por las consecuencias institucionales y políticas de
la actual corrupción –a veces sólo presunta pero siempre enjuiciable- en las
altas, medias y bajas esferas del Estado y la sociedad. Por eso tiene razón
López Diéguez cuando afirma que la actual corrupción es un fruto de la
imposición del aborto en España, aunque a continuación la presentadora
del Programa le frenase algo porque para ella esta afirmación suponía sacar
otros temas y además en paralelo al propuesto.
Intereconomía es uno de los pocos canales
televisivos que se plantea algunas preguntas sobre la corrupción.
Una tertulia en la que ojalá también hubiesen invitado a la CTC como organización carlista. Foto: JFG2013 |
Los
contertulios mostraron que una persona acusada de corrupción no por ello es
culpable. Que Bárcenas denuncie con pruebas en los Tribunales lo que crea
conveniente. Que no se haga leña con el árbol que no está caído. Que la
izquierda psoeísta y ”unida”, y los nacionalismos
secesionistas, no quieran limpiar con el caso Bárcenas sus
corrupciones probadas o presuntas . Telmo Aldaz, con acierto, insistió en
que el PP no se duerma si quiere mostrar que Bárcenas no tiene razón y que
tampoco de la sensación de negligente. Ojo, que nada de eso significaba que los
contertulios fuesen sus votantes –uno de ellos, sí-, sino que quisieron -lo que
se dice- “poner ciertas cosas en su sitio”. Ciertas, pero -creo- no todas ni
las más importantes.
(Un ejemplo
–añadimos-. Mucho lío mediático con el asunto Barcina en Navarra, para que al
fin su causa haya sido archivada por los Tribunales, dejando los medios de
comunicación casi en silencio los asuntos de la que se presenta como
“alternativa” separatista doña Uxue Barkos)
* * *
Para decir todo
lo que pensamos, quisiéramos que Intereconomía hubiese
invitado a la Comunión Tradicionalista Carlista como
organización para tratar sobre este importante tema. Ya llamaron a
López Diéguez de AES, a un íntimo del PSOE y a un defensor del PP. Pues bien,
otras televisiones tanto o más comprometidas sí que han invitado directamente a
la CTC a sus Programas.
En este caso
llamaron a nuestro querido amigo don Telmo Aldaz, quien hizo lo que tenía que
hacer: acudir sacrificando su comodidad, para hablar como un español de a pie,
presentándose ya en el comienzo como carlista o tradicionalista. Muchas
gracias, querido Telmo.
Telmo Aldaz en una de sus convincentes intervenciones Foto: JFG2013 |
Pues bien,
creemos que la tradición española, esto es, el español organizado de
a pie y sobre todo su propia organización, es el que con mayor
derecho puede denunciar la situación actual. No hablo ahora de los aciertos de
los tradicionalistas, basados en una concepción de la política como servicio al
bien común, basados también en la afirmación de las instituciones sociales
superando la partitocracia, así como en la vivencia comunitaria más allá del
individualismo.
Digo que los
carlistas no son comparsas de nadie, ni buenos cipayos para situaciones
extremas, ni sólo jóvenes entusiastas, ni bomberos, ni “apagafuegos”, ni nada
de eso. No son seguidistas de otros, ni se engloban dentro de
ningún otro partido más que de España.
Intereconomía no puede tratar por defecto
a la CTC como organización como si ésta nada pudiese ofrecer.
Ahora bien, está en su derecho en no invitarle como cadena privada que es; en
tal caso, quisiéramos que el amago se convirtiese en
un ánimo equitativo respecto a otras
organizaciones que “contestan” la situación actual y quieren hacerse espacio en
la política. No pueden ignorar a la CTC como si ésta no fuese una institución,
ni un partido, ni tuviese personalidad propia, y no “fuese buena” para
construir la paz. Como si el Carlismo de ayer –pero también de hoy- no tuviese
prensa, medios de comunicación, pensadores y políticos locales y nacionales,
sindicatos o instituciones sociales.
Al no invitar a
la CTC en este o parecidos casos, parece que lo que cuesta a ciertas
empresas de comunicación es reconocer al Carlismo su espacio político. A
lo mejor se quiere potenciar artificialmente sustitutos más manejables por un
sistema que va perdiendo adeptos fruto del mayor desengaño. Pues
bien, nadie como la organización carlista, el partido más antiguo de Europa, es
capaz de desvelar el por qué de dicho desengaño colectivo.
En resumen;
aunque el Carlismo o tradición española tenga su espacio político
natural en nuestra sociedad, toda vez que su Programa político recoge
lo que muchos piensan y no pueden decir, creo que, por ello precisamente, debieran
invitar a la organización carlista CTC, que es la
única que funciona en su ámbito, y que denunciaría sin ambages la
partitocracia y el actual sistema político, que es el que en buena
parte ha traído la actual corrupción, ya presunta ya real. Y además ofrecería
soluciones.
Sin demérito
hacia ninguno de nuestros correligionarios, sólo alguien empapado de la
organización carlista puede hablar mejor que nadie de la
representación de las instituciones sociales en la política, de la miseria de
la partitocracia, del más sociedad y menos Estado, y del actual estatismo como
utopía y exceso de administración. Él mejor que nadie puede recordar la
historia del falso malminorismo en España, la política como quehacer y servicio
al bien común, y la verdadera delegación con mandato imperativo y juicio
de residencia de los cargos públicos.
Es doloroso ver
cómo el liberalismo, abusando de la libertad, del individuo y del natural
derecho a la representación -en fin, dime de qué presumes y te diré qué
careces-, ha hecho que el español medio se aleje con asco de la política y de
los políticos, como muy bien nos recordaba Telmo Aldaz. Sí, es la hora de la
sociedad organizada, es la hora de la política. ¿Tronos a las premisas y
cadalsos a las consecuencias?
José Fermín
Garralda Arizcun