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Noticia
Esta mañana, entre las doce y una del mediodía, el sector de la hostelería ha invadido con sus coches y bocinas el Centro de Pamplona, exigiendo sus derechos. Estamos con ellos.
El Sector se está hundiendo debido a las actuales exageraciones de los políticos, sobre los que grava su pasada inutilidad con ocasión del covid-19. Ya echaron tierra sobre aquel desastre originado por su propia irresponsabilidad, desastre que tantísimos miles de ancianos -¿25.000?- se llevó a la tumba por no atenderles médicamente en las residencias de ancianos.
Ahora, en esta segunda oleada, los políticos vienen con unos u otros remedios que son peores que la enfermedad. Debe ser la mala conciencia, y sin duda exageran para que no se diga que no nos cuidan.
Pues bien, díganles a los ciudadanos, a los oficios, a los hosteleros y a tantos otros, tremendamente expuestos a la pérdida de sus libertades, de sus negocios, de su supervivencia económica. ¡Ay de las exageraciones propias del temperamento de tantos españoles! Pero siempre son exageraciones para quitar, no para dar; para frenar, no para animar; para no dar ni palo, no para trabajar; y para mostrar un celo que no se tiene...
Creo que los ciudadanos son más responsables de lo que les parece.
Noticias
Este abandono refleja que ALGO ANORMAL OCURRE AQUÍ. Por eso, más que de pandemia viral, preferimos hablar de psicosis y pandemia espiritual.
¡Claro que hay que protegerse del virus! Muchísimos lo hacemos y con buenos resultados. No frecuentamos aglomeraciones, ni estamos con personas desacostumbradas o de extrañas costumbres, ni nos acercamos mucho a las personas de edad. Basta guardar las medidas, y de ahí que hemos salido en defensa de la hostelería.
Otro capítulo en el que no vamos a entrar aquí es el dominio de las altas instancias mundiales sobre la partitocracia que se reparte el poder local, regional y nacional.
Nos quedamos con nuestro animar a los vecinos a salir a la calle, a hacer la vida más normal posible, a no encerrarse en sí mismos, a participar de la vida social. Y desde luego, les animamos a considerar que hay muchísimos más males que el llamado coronavirus, a los que hay que hacer frente. Por ejemplo, el horrendo crimen del asesinato del concebido y aún no nacido, la eutanasia, la pérdida de los derechos de los padres a la educación de sus hijos, la persecución religiosa, el laicismo que quiere levantar una ciudad sin Dios y por eso contra Dios... España y las Regiones que la constituyen, o es y son católicas o no serán, y no encontrarán la solidaridad y la paz, sino ruina y enfrentamiento. Lo vemos.
El observador imparcial
Festividad
Sabemos que aquellos polvos han traído estos lodos, y que aquellas premisas han desembocado en las consecuencias que todos conocemos. Los conservadores de los males originarios en política -que sin duda colaboraron activa o pasivamente en ellos- se equivocan, por lo mismo que la España que fue se ha convertido en un erial, al menos en apariencia. No en vano los carlistas seguimos soplando y avivando las brasas, con ilusión y alegría.
Tanto en la persona individual y familiar, como en la sociedad y la política, la falta de Dios y el desviarse del camino que Él nos ha marcado a través de la ley natural y la revelación cristiana, han desembocado en el vacío, el desasosiego y el descontento, la inseguridad y el sinsentido. ¿Quién dijo que la Ley es contraria a la libertad? ¿Quién dijo que para saber qué desean los españoles hay que someterlos al bombardeo y manipulación de poner todo en entredicho continuamente? ¿Quién ha dicho que en el algarada y no en el sosiego está el ejercicio del deber cotidiano? ¿Quién que hoy tenemos una política representativa?
Pues bien, Nuestra Señora del Pilar es la que nos muestra al Hijo. España, Tierra de María, ya sabe cómo se llega al Hijo, cómo se defiende a nuestros hijos. Pusimos el corazón en la economía y el buen vivir, y no tenemos ni a Dios del que las leyes apostataron, ni paz, ni prosperidad, ni trabajo... ni por no tener, no tenemos ni hijos.
Revolucionarnos... ¿contra qué y quién, si no es contra nosotros mismos? Conservar... ¿qué y para qué, si el hoyo o pozo es cada vez más sucio y hondo?. Sólo queda renovar lo bueno que hay en nuestra Patria -que hay mucho-, con alegría espiritual y juventud de espíritu.
Para colaborar en una variedad de proyectos de fondo adecuados a tus facultades, las propias de cada uno, puedes escribir a este blog que visitas. Tenemos que acostumbrarnos a dar nosotros el primer paso en servicio de nuestra Patria, para recoger finalmente los frutos cosechados. Servir a la sociedad política que es España, es una de las primeras obras de caridad, misericordia y justicia que tenemos entre manos. Sabemos qué queremos y solicitamos brazos para trabajar.
Virgen del Pilar, rogad por nosotros.
12 de octubre de 2020,
Vocalía de Actos, CTC de Navarra