Nota
Que la Señora Dolorosa lleve nuestros dolores a Jesús y, en la medida que los tenemos y aceptamos, suavicemos el dolor de la Madre y el dolor del Hijo Redentor del mundo.
Que la Señora nos libere de todos los males, los horrorosos males, que vienen de los malos políticos y de la mala política. Casi estamos en el punto final de la degeneración, que se volverá contra todos, la hayan apoyado o no.
Pedimos a la Señora en sus dolores, que los políticos y todas las instituciones respeten y promocionen al hombre, el matrimonio y la familia, en su existencia y subsistencia, porque respetan y rinden tributo al verdadero Dios. No hay resquicio de la vida temporal que quede fuera de mirada y sumo interés divino, único pilar y Norte, desinteresada ayuda y brisa suave.
Si ocurre como hoy, que el único Norte de la vida social y política es el hombre y su voluntad, como se ha visto que lo es en la Constitución, y si también ocurre que quien manda a todos quiere poder absolutamente todo, como desgraciadamente unos y otros quieren... ¿qué no quedará en peligro? Pues sí, Dios es el único escudo del que nada tiene y de quien nada puede. Nada sin Dios, decíamos en 1978.
Nuestra Señora de los Dolores, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
F. de M.
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