EL GRAN MAL DE LA PARTITOCRACIA.
COMUNIÓN, QUE NO PARTIDOS
Todos los días nos madrugamos miseria. Es una verdadera pena, pero así es. No queremos ser aguafiestas por decir esto, porque como todos queremos ser felices. Pero queremos ser felices sin echarle cara, sin ser caraduras, sin aprovecharnos de "lo público", sin vivir a costa de la sociedad, sin crear un sistema que lo justifique, sin el temor de... ¡ay de quien se mueva!
Los que somos personas corrientes y nos llamamos
carlistas -porque queremos serlo de verdad, ¿será eso de "carlista" una etiqueta antipática de Partido?- queremos ser honrados y libres más que ser "populares" y amigos de todos (digamos que ciertos "amiguismos" queremos que estén bien lejos).
Si
el principal problema de España en al ámbito publico es haber expulsado a Dios de las instituciones, y la confesión de laicismo y ateísmo práctico de éstas (agnosticismo, ateísmo práctico, relativismo de las instituciones...), si el mayor problema -decimos- es haber expulsado a Dios de la Constitución, de las leyes, las normativas sociales..,. es cierto que
UNO DE LOS PRINCIPALES MALES de España es la PARTITOCRACIA.
El problema no son algunos políticos, no son algunos partidos (los que "chupan poder"), sino que son todos los
partidos. No nos gusta "partir" la sociedad, sino que ésta se represente en sus partes diferenciadas y "especializadas" y, además, unidas y comprometidas con la misma comunidad.
Por eso LA COMUNIÓN TRADICIONALISTA CARLISTA no es un Partido, ni funciona como tal partido al uso, ni sus gentes tienen mentalidad de partido. La COMUNIÓN es -valga la redundancia- una verdadera COMUNIÓN. Nos llamamos "partido" porque nos lo exige el Estado para participar en la política.
Fácil, ¿verdad?
Pues me explico. En la Comunión nos gusta la comunidad, la unidad en lo fundamental, la unión en lo accidental, unión ésta última que a su vez implica diversidad, es complejidad, son peculiaridades y es una razonable variedad de soluciones. Cada cual es "cada cual" y Dios con todos. Como Comunión, en lo social sólo cabe -en justicia y libertades- el Bien Común, no la imposición del bien particular por muchos votos que se tenga. Y menos si proceden de la manipulación más sofisticada, de "pasotas", de ignorantes en la materia que deciden, de seguidistas de oligarquías -de grupo o individuales- que saben cómo hacerse imprescindibles a la masa desvertebrada.
Hace más de 180 años dijimos los carlistas que
el Liberalismo no es representativo, que no es participativo, que genera corrupción. Y los hechos nos dan cada día la razón. Nos lo creíamos y hasta lo sabíamos, pero ahora lo vemos y sentimos día a día, y hasta extremos de película de terror. Lo que no sé es por qué nos asombramos, ya que lo que ocurre estaba más que anunciado. Y luego dirán los liberales que defienden las libertades y la libertad, los socialistas que defienden la sociedad, los nacionalistas que defienden la nación, los comunistas que defienden la comunidad.... Todos defienden todo y todos estamos de pena. Ideologías todas ellas producto del caldo mental alejado de la realidad -y de la verdad-, producto del afán de poder y control, e incluso que originan una clase política que se ha forrado bien a costa de los demás.
No decimos que todos los políticos sean corruptos, pues los hay verdaderamente honrados (puedo decirles a Vds. nombres), sino que el
sistema es tal que favorece claramente los excesos, el amiguismo, el enchufismo, las DIETAS fáciles y bien retribuidas, la desigualdad más absurda, la falta de libertad política de cada político, la burocratización política, la mediocridad (también les puedo decir a Vds. nombres). ¿Saben Vds. qué es el mandato imperativo, el juicio de residencia, la representación de los intereses sociales reales, el tributo que debemos dar a Dios en todos los ámbitos, incluido el social ya que somos sociables por naturaleza? ¿O no nos creemos esto último?
Si Dios no es el Señor, los siete ídolos -ya capitales- ocuparán su lugar en el panteón; así es aún sin juzgar a nadie, sin hablar de intenciones y falta de advertencia...
Nosotros nos dedicamos a la política, sino duda que por vocación política. ¡Sólo sufrimos disgustos....! Unos más y otros menos, el hombre es un animal político. Por eso, nos cabrea mucho aquellos que han dado gato peludo y bribón a cambio de liebre, pues nuestra sociedad ya casi odia a los políticos. Otra vez nos cae la mierda ajena, por lo que dejaremos bien claro que
la Comunión Tradicionalista Carlista es un "Partido"-antipartido.
José Fermin de Musquilda
Javierada, 10 de marzo de 2013
Fiesta de los
mártires de la tradición, los que dieron todo sin recibir nada en este mundo.