EN LA FESTIVIDAD DE
LOS MÁRTIRES DE LA TRADICIÓN:
MANIFIESTO-DENUNCIA
ANTE “LO POLÍTICAMENTE CORRECTO”
ANTE “LO POLÍTICAMENTE CORRECTO”
De un tiempo a esta parte, demasiado ya, se ha
difundido esta expresión de "lo políticamente
correcto", para imponer una especie de ortodoxia pública
confeccionada por el llamado Nuevo Orden Mundial. Dirigida desde
instituciones internacionales, conocidas unas y desconocidas o secretas otras,
intenta extenderse por todo el orbe con la intención de uniformar a la
humanidad. La característica más marcada de esta tendencia es un ataque continuo, más o menos velado, contra
la naturaleza humana y contra Dios. Es por ello que desde la
Comunión Tradicionalista Carlista denunciamos:
Que en muchas ocasiones se tenga miedo a emitir una
opinión o a pronunciar alguna palabra por temor
a ciertos “lobbys” poderosos,
capaces de imponerse sobre el sentido común, y violentando de esta forma
el derecho que tenemos a lalegítima libertad de expresión.
Que se entienda como políticamente correcto llamar a la verdad, mentira, y a
la mentira, verdad, y entender el bien como mal y al mal como bien.
Que se entienda como corrección política todo aquello que es antinatural,
como la práctica del aborto, que violenta el curso de la naturaleza y destruye
cientos de miles de vidas inocentes.
Que se entienda como corrección política la equiparación del matrimonio,
constituido por un varón y una mujer, con uniones contra natura que
de por sí son estériles y cerradas a la vida.
Que se legalice la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo,
despreciando el derecho de los niños a tener un padre y una madre.
Que se acojan y
legalicen actos tan aberrantes para la naturaleza
como son los cambios de sexo y demás actos médicos que,
en sí mismos, ya son un síntoma evidente de laperversión moral de la
sociedad que los ampara.
Que se intente
imponer desde los centros de enseñanza y los medios de
comunicación, la llamada "ideología
de género", con la que se atenta contra todo lo intrínsecamente
humano, y contra el mismo lenguaje, manipulado con giros
esperpénticos que harían reír si no fuera por la tristeza moral que generan.
Que se haya convertido no sólo en legal sino en algo
normal y cotidiano el
divorcio vincular que no es sino la ruptura de las promesas
matrimoniales y que conlleva la destrucción de la familia y la amargura de
innumerables víctimas.
Que se vea como algo lógico e imprescindible que el Estado se convierta en educador de
los hijos, arrebatándoles a los padres el derecho y el deber de educar, que
por naturaleza les corresponde.
Que se
califique de anti sistema a todo aquel que se atreva a
criticar la actualConstitución española, con el argumento de que es
la que nos garantiza que tengamos democracia, cuando lo que realmente
establece no es una democracia sino unapartitocracia. Un
sistema concebido para el beneficio y disfrute de los partidos políticos
dominantes cuyos dirigentes -la casta- se reparten ventajas y prebendas en
medio de cientos de casos de corrupción que cada día van aflorando ante la
resignación general. Parece ser que lo políticamente correcto es “callar y votar”, sobre todo votar
porque, aunque se proteste, no pasa nada.
Que se califique como políticamente incorrecto el pensar que una de las causas de la
corrupción actual, aunque no única, es el propio sistema partitocrático,
que genera corrupción porque ya nació corrupto.
Que por medio de la llamada ingeniería social,
desarrollada desde las instituciones políticas y los poderes ideológicos, se intente crear, como si fuera algo
lógico, una sociedad basada en cimientos antinaturales, que no pueden
conducir a otra cosa que al derrumbe del edificio social y a la extensión de
grandes sufrimientos para todos sus miembros.
Que están provocando el derrumbe de nuestra patria, construida con el esfuerzo de generaciones,
y que ahora se ve ante un abismo por haber abandonado las tradiciones que
la hicieron posible.
Que se entienda como políticamente correcto que el Estado sea el monopolizador y
director único de la vida social, impidiendo el ejercicio de la
natural tendencia humana a formar sociedades intermedias, capaces de satisfacer
con libertad las necesidades de las personas sin necesitar que ninguna
instancia superior se inmiscuya en su gobierno y funcionamiento. Este es
el verdadero principio de subsidiariedad.
Y lo más grave, que
se cometan sacrilegios, profanaciones y blasfemias, en la más completa
impunidad, contra Dios, Nuestro Señor, y por ello contra los que
le aman, siendo víctimas de ello hasta los propiosofensores, hechos que
desgraciadamente son vistos por las autoridades con la más
completa indiferencia. Y que cuando alguien alza su voz para exigir
respeto sea considerado como políticamente incorrecto, fanático, ultracatólico
o cualquier otro vituperio.
Por todo ello, desde la Comunión Tradicionalista
Carlista afirmamos que no estamos
dispuestos a seguir los dictados de lo “políticamente
correcto”, por nuestro propio bien, por el bien de España y por el
honor de Dios, Nuestro Señor.
Que seguiremos llamando al pan, pan, y al vino, vino,
y, venga lo que viniere.
Hacemos un llamamiento a
todos los españoles a fin de hacerles ver que, cuando se atenta contra la naturaleza o contra Dios, tarde o temprano
es el propio hombre el que resulta gravemente perjudicado, pues no es otro
sino Dios el que creó la naturaleza tal y como es y el querer violentarla, el
no respetarla, es revolverse contra la voluntad de Dios y el resultado es el mismo
que escupir contra el cielo.
Urge que la sociedad
española vuelva a reconocer que el hombre y las sociedades no
pueden hacer nada sin Dios, Legislador
Supremo. Es necesario que se
proteja la Religión Católica -única verdadera, y depositaria de la Divina
Revelación- de todo ataque y que
en España se reconozca la regia potestad de Cristo.
Desde la Comunión
Tradicionalista Carlista queremos
exhortar a los españoles a hacer un alto en el camino y a valorar hacia donde
nos está llevando este Nuevo Orden Mundial que, en nombre de lo
políticamente correcto, está destruyendo
no solo a la sociedad, sino al mismo hombre en su propio ser. Es necesario
que los españoles se den cuenta de que la única medicina que puede sanar los
males de la España actual se encuentra en el Derecho Público Cristiano y en su
tradición política. Es necesario que España vuelva a su ser, que vuelva a ser
ella misma: una España católica.
10 de marzo de 2016
Festividad de los Mártires de la Tradición
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