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Ha sido un funeral multitudinario y emotivo en todos sus detalles. Don Florencio, reciente arzobispo de Pamplona, ha enviado una hermosísima carta con su más sentida condolencia. Ha presidido la celebración el sr. obispo castrense Excmo. don Juan Antonio Aznárez, dedicando la homilía a la familia del finado, para que se sienta acogida por el Amor de Dios, y reconociendo a su comienzo el enorme servicio que la Benemérita ofrece a la sociedad española.
Recordamos con dolor al otro guardia civil, don Miguel Ángel González Gómez, compañero muerto en el mismo acto de servicio.
Dolor por la familia, dolor por el Cuerpo al que David y Miguel Ángel sirvieron con lealtad, dolor por España. ¿Por España? Sí, porque estas muertes compendian de la triste situación en la que desde todos los puntos de vista se encuentra nuestra Patria.
No pocos creen que hay gobiernos que conspiran contra sus servidores y ciudadanos. Tantas décadas de abandonos están conduciendo a España y los españoles a ser una sociedad del tercer mundo, fruto de una decadencia buscada. Afortunadamente, quedan muchas personas fieles a sus compromisos por el verdadero bien común. El ejemplo de estos dos guardias civiles y sus familias reconfortan nuestro ánimo inmensamente dolorido, y nos mueven a confiar en España y en los españoles de veras, que hoy yacían junto al cadáver de Don David Pérez en la S.I. catedral de Pamplona.
Gracias, familia del finado, gracias Benemérita, gracias S.I. Catedral de Pamplona, gracias, España. Y a los dos guardias civiles asesinados por los narcotraficantes, nuestra oración y admiración más sentida.
La Redacción
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