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Hemos recibido este enlace y noticia de El Debate digital:
El alcalde de Pamplona borra del callejero «por franquista» al arquitecto cuyas obras son anteriores a Franco
Víctor Eusa edificó los edificios icónicos de Pamplona en la década de los 20 y los 30
https://www.eldebate.com/espana/20250414/alcalde-pamplona-borra-callejero-franquista-arquitecto-cuyas-obras-son-anteriores-franco_288046.html
También Navarra Confidencial se hace eco de la noticia:
https://www.navarraconfidencial.com/espana/tiene-un-alcalde-de-bildu-legitimidad-para-resignificar-a-victor-eusa/
Ahora comentamos nosotros.
Está claro que el alcalde EH Asirón ha aprendido de los corruptos socialistas, sus aliados, a distraernos con este tipo de "bobadas escolares", que muestran su catadura de ser amigo de la distracción calculada, de las apariencias, de usar distintas varas de medir a unos y otros, sin duda para ocultar que como alcalde es un inútil de solemnidad. La imagen de Asiron es de cuento y como que hace algo, mientras crea un ambiente irrespirable en la ciudad del Arga. Nos está robando a trocitos la ciudad en la que nacimos y vivimos, el marco natural y equilibrado de nuestra existencia, y cambiando el paisaje humano. Hace poco también Asirón cometió la ridiculez de cambiar el callejero del Vínculo, institución municipal del trigo que durante toda su larga historia de trescientos años se escribió de esa manera.
Con mirada larga y mientras tanto, los jefes de EH Bildu se entregan al gran capitalismo y la plutocracia internacional, porque, como ella, odian a España. Así, engañan a los suyos cuando se presentan como anticapitalistas. ¡Cómo malogran a sus propios votantes, a los que utilizan para mentir con histeria sobre el pasado creando mitos de leyenda, para hacerles pensar como los alienados de Boston, Chicago o Berlín, para vaciar "lo vasco" de "vasquismo" -si no admiran y mantienen los católico, que siempre fue lo más importante, menos mantendrán las tradiciones vitales y modo de ser de sus mayores-, para reducir lo vasco a la banderola y tamboril, y sobre todo para quedarse en una protesta visceral y juvenil "anti", vacía de verdad y arraigo en el tiempo! ¡Vean los de abajo que sus jefes les están arruinando, dejando invadir por gente nada complaciente, cada vez más numerosa y con descendencia, y tan visceral o más como ellos... cayendo en la manipulación y la ridiculez de contenidos y formas!
Otra cosa: Víctor Eusa perteneció a la Junta de Guerra carlista una vez que había llevado su quehacer arquitectónico a altas cotas de calidad y mejora. Pero, ¿sabe el sr. Asirón a qué se dedicaba dicha Junta?: a cuidar al soldado que estaba en el Frente, a enviarle vestimenta y alimentos, a cuidar el correo, a hacer de enlace ente la familia y el voluntario, a recoger fondos, a los transportes etc. Ciertamente, también se ocupó de la policía y orden, y eso lo hizo alguno de la Junta. Baleztena estaba en dicha Junta como antiguo jefe Regional, y todos sabemos la orden que publicó:
Sobre el tema de la Junta Carlista de Guerra ha estudiado Martorell en "Aportes. Revista e Historia contemporánea" en "Los papeles de la Junta". Que Asirón y sus consejeros se entere y deje a dicha Junta en paz. Lo mismo dijimos al difunto Sr. Castejón (PSN), presidente del Parlamento de Navarra hace no pocos años.
El gran arquitecto Víctor Eúsa está indicado por la flecha.
Baleztena es está sentado, el segundo por nuestra izquierda.
El Sr. Maya, al que todos deben reconocer sus cualidades, honradez y buen hacer como administrador, estén o no de acuerdo con su política, se ha posicionado como el colegio de arquitectos de Navarra. En "Diario de Navarra", Maya ha dejado constancia de su crítica a la decisión de Asirón contra la memoria de don Víctor Eusa: "Aunque le quiten el nombre de la calle, D. Víctor Eusa siempre estará en la ciudad que construyó y tanto amó" (13-IV-2025).
Es ridículo que los de Asirón tengan legitimidad en materia de memoria histórica, pues "sólo alumbran la memoria lejana, la de hace 90 años, pero no quieren ni ver la más cercada, la de los asesinatos de ETA, a cuyos miembros homenajean siempre que pueden y lo hacen con orgullo". Y si tenemos en cuenta que la obra de madurez de Eúsa alcanza a finales de los años veinte y se prolonga hasta el conflicto civil, toda justificación por parte de los Asirón y socialistas de compañía es de risa, ridícula... o es de pena.
Yo creo que lo que verdad quieren con su pasión iconoclasta es simplemente subvertir, quebrar y demoler el paisaje psicológico de los pamploneses, lo que hará cambiarles la ciudad interior, desarraigarlos, y destruirlos por dentro. Una nueva ciudad ayer llamada Pamplona, sobre las ruinas de la misma Pamplona. De psiquiatra y malos como el carbón.
Por lo que respeta al Sr. Maya, lo que dice está bien y es un pequeño consuelo. Sin embargo, lo que realmente nos importa y preocupa es que los Bildu y PSOE hayan podido hacer lo que han hecho. ¿Pero cómo la legislación constitucional permite que un partido así ocupe el poder? ¿Qué cuento es esto de la democracia burguesa, tan utilizada por los marxistas? Aquí hay más de un gato encerrado, mucha hipocresía y presencia de la plutocracia internacional. Recordemos que el Sr. Carter vino a Olite un día de agosto de hace unos años, y que al día siguiente estuvo en Santander -un curso de verano- hablando de ETA y diciendo cosas muy interesantes. Al día siguiente, el columnista Domínguez desveló al menos parte de la cuestión en Diario de Navarra: me quedé de piedra. Es gravísimo reconocer, aún con desgana, que un partido como Bildu ocupe la alcaldía de nuestra ciudad.
Aquí, lo único que debe importarnos es no bajar ni un escalón en la práctica de la vida sociopolítica. Si perdiésemos prácticamente todo, aún quedaría una raíz salvadora si mantenemos una protesta radical y firme, lo que permitiría subsistir psicológica y moralmente, al igual que los carlistas denuncian en la calle y mensualmente el crimen del aborto voluntario con su "Aborto NO. Dios ama al embrión". El drama es que la protesta de la derecha regionalista no es radical (se tragan que Bildu pueda ocupar las instituciones), ni va a ser permanente (son lo más inconstantes, como los conservadores del s. XIX), ni es social (la mucha ente que les vota es retraída y vaga a más no poder). Antes nuestros mayores carlistas sabían decir "basta" -para eso no hace falta echarse al monte-, pero ahora los pamploneses no saben (se necesitaría una concentración mensual y masiva ante el Ayuntamiento), y convierten el lamento del hombre bravo en lloriqueo del quiero y no puedo, y para que no se diga.
Los carlistas tenemos un enorme trabajo de paz y resistencia, pero también creativo.
Ramón de Argonz
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