Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

jueves, 18 de julio de 2024

Memoria de la Plaza del Castillo el 19 de julio

 Recuerda...


El julio de 1936, más de media España se resistía a morir. La libertad, el ejercicio de las libertades, fue el último reducto del españolito de a pie, pues, verdad y libertad para ejercer aquella, identifican al ser humano. Todos los españoles -no internacionalistas ni apátridas- se juntaron como un solo hombre y ganaron la contienda.

En Navarra el levantamiento fue el día 19 de julio. 

El lema general fue: por Dios y por España. Los carlistas insistían en ello y añadían los Fueros que configuraban necesariamente España, y el rey legítimo. 

Malas lenguas dicen que el Carlos VII de 1876 "no volvió". ¿Seguro que no? Pues volvió en su hermano Alfonso Carlos I que desde Viena dió la orden de alzarse a su Ejército... precisamente para salvar la vida de los poseedores esas pobres lenguas junto a la vida de todos los buenos y hasta malos españoles. Para ello las autoridades de la Comunión Tradicionalista pactaron unas condiciones con el mando militar.

Fueron innumerables los voluntarios alistados en toda Navarra, muchos más de los que hasta ahora han calculado historiadores que -aunque afamados- no habían trabajado toda la documentación. Salieron al campo unidos a los militares y a los no muchos falangistas que al comienzo había en Navarra, hermanados todos en la misma trinchera. Por si acaso, conviene recordar que durante la guerra, en Navarra se dio el caso de unidades carlistas que servían dentro de una unidad militar, bajo el mando y responsabilidad exclusiva militar.

Sin duda, los voluntarios de don Carlos VII en 1872-1876 supieron transmitir a sus hijos y la sociedad lo que vivieron y por lo que lucharon en fechas anteriores. En 1936 aún había un puñado de voluntarios navarros de la tercera guerra carlista, que luego serán miembros de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz. Para entender a esta Hermanad canónica hay que retrotraerse mucho y su estilo es tan antiguo como el de una orden de caballería. 

El enemigo no era la República, sino los revolucionarios escudados tras la República como coartada. Sobre todo el enemigo era el bolchevismo estalinista, que de demócrata nada tenía. 

Era público y conocido por todos qué camino habían seguido los revolucionarios desde febrero a julio de 1936, para acabar con la democracia "burguesa" e imponer la dictadura del proletariado. 


A continuación, vayamos de retrospectiva hasta el origen. La fecha de julio de 1936 no existe sin las elecciones fraudulentas de febrero de ese año, y el camino revolucionario hasta julio, sin la Revolución de 1934, sin 1931 y sin tantas otras fechas, todas encadenadas. Hasta se cumplió el anuncio de Aparisi Guijarro hacia  1868 de que el liberalismo no es representativo, o el de Donoso Cortés hacia 1848, de que el liberalismo conduce al socialismo, y éste al marxismo si es que ya no es claramente marxista. 

Pues bien, en julio de 1936 -véase el anterior texto que dice: "elecciones que dieron (?)"- se sospechaba lo que ahora los historiadores ya han demostrado que fue así: el pucherazo y trampa electoral en febrero de 1936: Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García, 1936. Fraude y violencia en las elecciones del frente Popular, Madrid, Ed. Espasa Calp, 5ª ed., 2017, 623 pp. 

Antes y en numerosas ocasiones el PSOE había insistido que buscaba la dictadura del "proletariado" -mejor la del partido único sovietizado-.

Propaganda de la dictadura "proletaria":

¿Y en Octubre de 1934? La Revolución en Cataluña, la sobre todo sangrienta Revolución en Asturias convertida en guerra civil, y las intentonas de otros lugares donde fracasaron de inmediato, fue dada contra la legalidad republicana. Las izquierdas asaltaban la democracia y legalidad que decían "burguesa", y despreciaban la legalidad republicana. Sus agentes fueron el PSOE, PC, CNT, FAI, y Esquerra. Para 1936 lo intentarían de nuevo mediante una calculada espiral de provocación. 

En 1923 Alejandro Lerroux, masón que se había moderado, fue presidente de Gobierno -¡que curioso!- tras el triunfo de la CEDA de Gil Robles en 1933-1936. Tal era el miedo que provocaba la Revolución marxista y anarquista, que el vencedor en las elecciones quedaba como perdedor, y cuando quiso que tres ministros fuesen de la CEDA hicieron estallar la revolución de Octubre de 1934. 

Sin embargo, ese específico camino revolucionario y violento no fue sólo de 1934-1936. Se manifestó en 1931, pues ya Fernando de los Ríos, que será ministro de Educación, declaraba: "Si el resultado de las próximas elecciones no refleja el deseo de las izquierdas habrá que recurrirse a las violencias para hacer valer sus derechos". No en vano, Pablo Iglesias Posse (+ 1925) lo dejó claro durante su vida política, incluso en su declaración en las Cortes animando a un atentado personal contra el primer ministro.


Yendo más al origen, recordemos que la Republica, traída por don Alfonso de Borbón, según demostró Luis Ortiz y Estrada en Alfonso XIII, artífice de la IIª República española, Madrid, 1947, 141 pp., inició su andadura con la quema de conventos, y le siguió la Constitución anticlerical de 1931 desarrollada en una legislación y práctica en este  mismo sentido. Por paradójico que sea, esto ocurrió en la España católica, y la "boutade" de Azaña de que España había dejado de ser católica, era para "justificar" o "anunciar" lo que querían realizar. Era adelantar al  presente un deseo de futuro, para que fuese más fácil hacerlo realidad. Como hoy ocurre.


Justificamos las dos imágenes adjuntas para decir que la persecución religiosa durante la guerra no fue sólo por la guerra sino que fue una continuación de lo vivido en la llamada "paz". Desde 1931 la masonería fue un instrumento fundamental del anticlericalismo. Pues bien, tras febrero de 1936 en el camino que conducía a la dictadura del proletariado, y tras julio de dicho año, más que la masonería fue el marxismo el que se propuso el exterminio y liquidación sistemática de la Iglesia y los católicos. Hay muchos testimonios de ello. Los perseguidos no eran objetivos militares, aquello fue un genocidio, y la mayor persecución religiosa de la historia. 



No diremos más, pues a nadie le gusta recordar estas durísimas realidades. Ocurre que ahora éstas se ocultan y tergiversan sistemáticamente. ¡Y cómo hoy se ensucia la memoria de los jóvenes carlistas de alpargata o bien zapatos, alegres y de rostro risueño, con toda la vida por delante, tan heroicos en el Frente de batalla, que nada recibieron por ello salvo lo que Jaungoikoa les haya querido dar! ¡Todos, hasta sus enemigos y los cobardes que hoy no han defendido su memoria, siguen en deuda con ellos, pues hasta ahora hemos vivido de la libertad y dignidad que nos consiguieron entonces! Hubo madres que perdieron a tres hijos en el Campo del honor, pero Dios sí es buen pagador... 

La boina roja como amapola llenó los campos y liberó pueblos y ciudades: San Sebastián, Bilbao, Santander... Barcelona. Los combatientes carlistas que antes eran respetados por los mismos revolucionarios de hoy, de repente y desde hace poco son los más castigados por ellos. La ideología -y mala- es más fuerte, en muchos casos, que la sangre.

Termino. Este "recuerda" histórico ejerce la libertad de investigación, expresión y cátedra contra el totalitarismo que ahoga a los españoles. Verdad y libertades se dan la mano. Lo demás es propaganda, de la que el comunismo es maestro, pues hace  justamente lo contrario a lo que dice. 

Fermín de Musquilda





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