Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

viernes, 4 de mayo de 2018

El comunismo que viene


El comunismo que va.


Siempre escuché y leí que el Liberalismo traería el Comunismo. A la estrecha vinculación que existe entre ambas ideologías se añade que si ayer el Comunismo siguió de hecho  al Liberalismo,  de nuevo lo hace hoy.
El auge de los dos partidos turnantes en España (UCD/PP y PSOE) parecía desmentir ayer este pronóstico, pero otro hecho es que ambos se hunden hoy, ya por sí mismos ya por iniciativa de sus directores externos. En efecto, el PSOE -radicalizado sólo en el ámbito de lo inmoral- y el PP -que en esto no le va a la zaga mientras estruja al contribuyente para superar la habitual ruina provocada por los socialistas-, hacen aguas por todas partes. Sus rivales políticos actuales, Ciudadanos y Podemos respectivamente, nacidos artificialmente -sus amos sabrán por qué- suponen una bomba de oxígeno a las ideologías liberal y socialista, radicalizándolas.
Hemos caminado durante décadas hacia la degradación en España, y ahora la degradación “se masca” aquí y allá. Cuando escribo “degradación”, leo al jurista Manuel Pulido que utiliza el término “degeneración”, en un sensato artículo donde dice que sustituir el juicio técnico del juez por el juicio popular en el caso de los violadores en los pasados Sanfermines, “no es buen sistema para administrar justicia. De ahí, al linchamiento, no hay más que un paso” ("Diario de Navarra", 4-V-2018). Este es un dato real. Pero, en realidad, ¿qué buscan los agitadores de la calle contra la sentencia judicial de este caso, que desde luego admite el recurso a varias instancias?: buscan el descrédito de las instituciones para sustituirlas por otras que expresen la utopía jacobina de Robespierre, la de Marat y la de “los iguales” de Babeuf.
El Liberalismo ha robado el alma a las personas, a los cuerpos sociales, a las instituciones, y a España.  Por eso precisamente el hombre necesita “recuperar” su alma y las sociedades necesitan una buena Causa, un ideal. Pero, ¿cuál será este?, ¿cómo se hará?
Las utopías anarquista y comunista quieren llenar el vacío creado, ofrecen satisfacer el desencanto (la falta de placer), y estimulan a superar la depresión anímica individual y social, agudizada parcial y artificialmente a su vez por ellos. ¿Qué tal la "solución" del anarco-comunismo? ¿Qué tal este entretenimiento que hace mucho daño y empeora más las cosas? Primero, actúan todos juntos contra el Liberalismo que les dio origen y que luego les da mil motivos para actuar, aunque después los inicialmente coaligados se descuarticen entre sí. Y toda la sociedad a perder. Primero todos contra uno y luego todos entre sí. 
Los temas utilizados hoy para dividir y crear enemistades son: la homosexualidad, el falso feminismo y la ideología de género, los emigrantes favorecidos o no, la legalidad del Estado como realidad sagrada aunque sólo cuando coincide con sus parámetros, el nacional/separatismo antiespañol, la preferencia de la solución golpista del nacionalismo en Cataluña contra la Constitución "burguesa" y "clerical" establecida en 1978 y sobr todo contra España, el rechazo indignado -y con mucha razón- contra la corrupción y las violaciones de mujeres, el rechazo contra las corridas de toros y a las instituciones públicas,  especialmente a la judicatura y la monarquía constitucional, a ésta más por el simulacro de monarquía que supone. Ahora se oye el No a la impunidad, avanzan los juicios populares sobre violaciones declarando previamente a las instituciones como corrompidas, se dan palizas a la Guardia Civil como en Alsasua, y se ponen sobre la mesa a los represaliados de una guerra de hace 80 años. En esto, los republicanos van de buenos y la ETA aprovecha para lavar su ropa. Mientras tanto, el mayor buque de guerra español pone rumbo a la misión de Irak (prensa 2-V-2018).
En efecto, el Liberalismo corrompe al hombre por apartarlo de Dios y la religión católica, disuelve la familia y el matrimonio, anula y hunde las instituciones, aísla y masifica las personas, y nos acerca al comunismo. Éste último tiene algo que el Liberalismo no tiene, como es una "mística", un "ideal" inalcanzable y que por ello exige una perpetua lucha, y un estoicismo por el sacrificio que exige. Y esto atrae aunque sea una ideología y praxis "intrínsecamente perversa". 
Pues bien, si el marxismo se suma a la corrupción y luego denuncia sus frutos, es porque yendo a la par que el Liberalismo cuando éste tiene el poder, sabe que la indecencia originada por éste último les dará el mando, si bien, decidida y hábilmente aprovecha la ocasión con estrategias adecuadas. La agitación de la calle es su instrumento y medio, aunque sus profesionales de la revolución se cobijen bajo el paraguas del dinero de Soros, el control de los medios de comunicación, la complicidad de los liberales, y el apoyo de instituciones internacionales corruptoras.

Fermín de Musquilda

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