El comunismo que va.
Siempre escuché y leí que el Liberalismo traería el Comunismo. A la estrecha vinculación que existe entre ambas ideologías se añade que si ayer el Comunismo siguió de hecho al Liberalismo, de nuevo lo hace hoy.
El auge de los dos
partidos turnantes en España (UCD/PP y PSOE) parecía desmentir ayer este
pronóstico, pero otro hecho es que ambos se hunden hoy, ya por sí mismos ya por
iniciativa de sus directores externos. En efecto, el PSOE -radicalizado sólo en
el ámbito de lo inmoral- y el PP -que en esto no le va a la zaga mientras
estruja al contribuyente para superar la habitual ruina provocada por los socialistas-, hacen aguas por
todas partes. Sus rivales políticos actuales, Ciudadanos y Podemos respectivamente,
nacidos artificialmente -sus amos sabrán por qué- suponen una bomba de
oxígeno a las ideologías liberal y socialista, radicalizándolas.
Hemos caminado durante
décadas hacia la degradación en España, y ahora la degradación “se masca” aquí y allá. Cuando escribo
“degradación”, leo al jurista Manuel Pulido que utiliza el término
“degeneración”, en un sensato artículo donde dice que sustituir el juicio
técnico del juez por el juicio popular en el caso de los violadores en los
pasados Sanfermines, “no es buen sistema para administrar justicia. De ahí, al
linchamiento, no hay más que un paso” ("Diario de Navarra", 4-V-2018). Este es un dato
real. Pero, en realidad, ¿qué buscan los agitadores de la calle contra la
sentencia judicial de este caso, que desde luego admite el recurso a varias instancias?: buscan el descrédito de
las instituciones para sustituirlas por otras que expresen la utopía jacobina
de Robespierre, la de Marat y la de “los iguales” de Babeuf.
El Liberalismo ha robado
el alma a las personas, a los cuerpos sociales, a las instituciones, y a
España. Por eso precisamente el hombre
necesita “recuperar” su alma y las sociedades necesitan una buena Causa, un
ideal. Pero, ¿cuál será este?, ¿cómo se hará?
Las utopías anarquista y
comunista quieren llenar el vacío creado, ofrecen satisfacer el desencanto (la
falta de placer), y estimulan a superar la depresión anímica individual y
social, agudizada parcial y artificialmente a su vez por ellos. ¿Qué tal la "solución" del anarco-comunismo? ¿Qué tal este entretenimiento que hace mucho daño y empeora más las cosas? Primero, actúan todos juntos contra el Liberalismo que les dio origen y que luego les da mil
motivos para actuar, aunque después los inicialmente coaligados se descuarticen entre sí. Y toda la sociedad a perder. Primero todos contra uno y
luego todos entre sí.
Los temas utilizados hoy para dividir y crear enemistades son: la homosexualidad, el falso feminismo y la ideología de género, los emigrantes favorecidos o no, la legalidad
del Estado como realidad sagrada aunque sólo cuando coincide con sus parámetros, el
nacional/separatismo antiespañol, la preferencia de la solución golpista del nacionalismo
en Cataluña contra la Constitución "burguesa" y "clerical" establecida en 1978 y sobr todo contra España, el rechazo
indignado -y con mucha razón- contra la corrupción y las
violaciones de mujeres, el rechazo contra las corridas de toros y a las instituciones públicas,
especialmente a la judicatura y la monarquía constitucional, a ésta más por el simulacro de monarquía que supone. Ahora se oye el No a la impunidad, avanzan los juicios
populares sobre violaciones declarando previamente a las instituciones como
corrompidas, se dan palizas a la Guardia Civil como en Alsasua, y se ponen
sobre la mesa a los represaliados de una guerra de hace 80 años. En esto, los republicanos van de buenos y la ETA aprovecha para lavar su ropa. Mientras
tanto, el mayor buque de guerra español pone rumbo a la misión de Irak (prensa
2-V-2018).
En efecto, el Liberalismo corrompe al
hombre por apartarlo de Dios y la religión católica, disuelve la familia y el matrimonio, anula y hunde las instituciones, aísla y masifica
las personas, y nos acerca al comunismo. Éste último tiene algo que el Liberalismo no tiene, como es una "mística", un "ideal" inalcanzable y que por ello exige una perpetua lucha, y un estoicismo por el sacrificio que exige. Y esto atrae aunque sea una ideología y praxis "intrínsecamente perversa".
Pues bien, si el marxismo se suma a la corrupción y luego denuncia sus frutos, es porque yendo a la par que el Liberalismo cuando éste tiene el poder, sabe que la indecencia originada por éste último les dará el mando, si bien, decidida y hábilmente aprovecha la ocasión con estrategias adecuadas. La agitación de la calle es su instrumento y medio, aunque sus profesionales de la revolución se cobijen bajo el paraguas del dinero de Soros, el control de los medios de comunicación, la complicidad de los liberales, y el apoyo de instituciones internacionales corruptoras.
Pues bien, si el marxismo se suma a la corrupción y luego denuncia sus frutos, es porque yendo a la par que el Liberalismo cuando éste tiene el poder, sabe que la indecencia originada por éste último les dará el mando, si bien, decidida y hábilmente aprovecha la ocasión con estrategias adecuadas. La agitación de la calle es su instrumento y medio, aunque sus profesionales de la revolución se cobijen bajo el paraguas del dinero de Soros, el control de los medios de comunicación, la complicidad de los liberales, y el apoyo de instituciones internacionales corruptoras.
Fermín de Musquilda
No hay comentarios:
Publicar un comentario