CARTA
Queridos Amigos, ante las próximas elecciones generales
en España, un sacerdote diocesano de Toledo y misionero en Perú manda esta
reflexión que os comparto:
José Ignacio Munilla ha sido, según mis informaciones,
mal interpretado. El defiende el voto en conciencia.
Yo no voy a votar porque no me han llegado los papeles,
pero:
-Hoy no se puede votar al PP. No es un mal menor
permitir el asesinato legal de cien mil niños cada año. No es un mal menor
posibilitar que la ideología de género tome cuerpo en instituciones donde ellos
gobiernan. No es un mal menor aceptar impunemente la corrupción. No es un mal
menor permitir que España se resquebraje sin hacer nada. El PP es un
instrumento de Bildeberg, el NOM, la masonería... que todo es lo mismo.
- ¿Que si no gana PP se nos viene el Frente Popular? ¿Y
qué? En 1936 nos fue bastante bien con ellos: hicieron miles de mártires, cuyo
sacrificio permitió la renovación de la sociedad española. ¿Dónde está escrito
que sea un problema ser perseguidos? ¿Es peor ser encarcelados, maltratados, o
fusilados que asistir como espectadores pasivos -.por tanto cómplices de alguna
manera- a este delirante proceso de corrupción moral, de degradación, de
rechazo de Cristo en que se ha embarcado la sociedad española, azuzada por sus
gobernantes?
Nosotros somos de raza de mártires. Un mártir no hace
componendas con el mal. O lo cambia, arriesgando su vida, o perece en el
intento. Mejor ser perseguido o morir con dignidad -sin traicionar a Cristo-
que salvar algo del pellejo claudicando ante los poderes de este mundo.
No pasa nada por perder la enseñanza concertada, la X
en la declaración de la renta, los edificios de la Iglesia o el concordato...
Los cristianos de los primeros siglos no tenían nada de eso... y la Iglesia
crecía y arraigaba... ¿Cuál es el problema? Mejor ser como tantos hermanos hoy
perseguidos en Siria o Irak que vivir en el riesgo de que al final el Señor nos
diga: por no ser frío ni caliente te vomito
- Más audacia es lo que necesitamos. Si en lugar de
intentar vivir al rebufo del PP los católicos intentaran un movimiento
social-político inspirado en los verdaderos principios del humanismo cristiano,
otro gallo nos cantaría. Confiemos en la Providencia: ¿No querrá Dios suscitar
líderes de inspiración cristiana? ¿Vamos a dejar que otros dirijan la historia?
¿No es comodidad y flojera el no implicarnos desde nuestros principios en la
tarea social y política? Como diría el Papa: no "balconeemos" la
vida: bajemos a la arena y luchemos por lo que creemos.
- En estos momentos no existe el mal menor. Las cuatro
formaciones políticas que se disputan el voto español son un mal mayor, grave.
Por tanto a ninguna se le puede votar en conciencia. No es tiempo de cálculos y
componendas, sino de fidelidad martirial a la verdad y el bien.
Padre José Manuel Alonso Ampuero
Envía Felipe V.
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