En abril de 1931 y abril de 1939, los carlistas mantuvieron los derechos y legitimidad de la monarquía tradicional española, haciendo caso omiso de otras banderas y colores como fueron los republicanos y de otros escudos como el del águila de San Juan inspirado en los Reyes Católicos y Carlos I.
De haberse mantenido la monarquía tradicional, configurada durante siglos y heredada por los miembros de la Casa de Borbón que siguieron fieles al ser y tradición de España -Carlos V y sucesores-, hubiéramos evitado muchas catástrofes políticas e ideológicas, y el continuo desasosiego de la nación española que, cuando es azuzada por los provocadores, termina en enfrentamiento abierto.
La Redacción
Escudo de la Regencia en 1958
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