Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

lunes, 5 de diciembre de 2022

No celebramos tal Constitución

Nada que celebrar



En efecto, con la Constitución de 1978 -y por ella- se han pretendido anular matrimonios naturales y cristianos, e incluso la misma realidad el matrimonio y que sea entre hombre y mujer. 

Con la Constitución de 1978 -y por ella- se asesinan criaturas en el seno materno porque dicen que la madre consiente.

Con la Constitución de 1978 -y por ella- se asesinan ancianos y enfermos porque dicen que ellos lo piden.

Con la Constitución de 1978 -y por ella- se corrompe a los niños en la escuela aunque sus padres no quieran.

Con la Constitución se destruye a los hombres y mujeres de España, a los españoles y a España misma. 

Dijeron que era para el progreso material, y hemos caído en una profunda crisis biológica, material y poblacional, además de moral.

Dijeron que se defendía la variedad en España, y se ha caído en la insolidaridad, un tremendo gasto público, y el separatismo en varias regiones históricas. 

En 1978 nos mintieron. Hubo muchos cómplices, tanto políticos del viejo sistema y gran parte del alto clero (salvo ocho ilustres obispos al lado del cardenal Primado)... como los advenedizos de los partidos liberales, socialistas y comunistas, amén de separatistas. 

Dijeron que fue un éxito en el Referéndum de aprobación, y los datos de Navarra indican lo contrario.


Cuando Dios no existe todo está permitido, tanto en el ámbito personal como en el ámbito social. Los liberales dicen que no es así, que un ámbito no conlleva el otro. Sin embargo, se equivocan como los hechos han demostrado hasta la saciedad. ¿Quién puede parar el deslizamiento pendiente abajo, como si de un tobogán de máximo riesgo se tratase? ¿Quién evita la contaminación ambiental fruto de que todos puedan decir todo lo que les venga en gana, siempre que sea hacia el mal camino? Sabemos que el mal y el error son algo abiertamente tramposo, lo que impide darles los mismos derechos y equipararlos jurídicamente con el bien y la verdad. Y sabemos también que no se debe fingir en la plaza, el foro o el ágora que todo es igual, cuando no lo es y es cuestiones gravísimas.

El hombre sociable por naturaleza. Lo que se vive en el ámbito público se proyecta en el ámbito privado, cuando no es al revés. ¿No decía Rousseau que el hombre entrega sus derechos a la voluntad general y ésta se los devuelve "leídos" o concretados de una nueva forma? ¿No fue éste el primer socialismo del fundador del liberalismo? Los liberales se empeñarán en poner a salvo la intimidad del hombre frente a los excesos del Estado liberal con el objeto de no caer en el totalitarismo, pero sin fundar todo en Dios, en Cristo, y lo espiritual-religioso en su Iglesia, tarde o temprano se cae en el relativismo, que a su vez busca la seguridad en la voluntad del Estado -en realidad una criatura-, y finalmente en la  del Estado todopoderoso y, hoy, también la omnipresencia del NOM. 

Aita T. dijo: "fuí a votar 'no' a la Constitución con la misma ilusión que salí a la guerra". Cuando del poder civil supremo (suprema potestas) se arranca el reconocimiento confesional religioso que debe a Dios su creador, cava su tumba. Ha llegado su hora, y la hora del hombre. Porque allí donde Dios muere en la conciencia el hombre, se sigue la muerte del hombre imagen de Dios. 

F. de M. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario