FELICITAMOS de corazón a los pamploneses por su patrono San Fermín, este segundo año en el que no celebramos su fiesta civil, aunque sí la religiosa.
Tenemos alegría en el alma, en unas circunstancias de lo más penosas, y lo son aunque salga el sol para justos e injustos.
He aquí nuestra oración a San Fermín, en este año tan especial. Tenemos siete días para reflexionar y suplicar la misericordia divina, pues ya no son días de fiesta civil. En realidad, estamos agradecidos al poder civil que ha suprimido las fiestas profanas, aunque sus motivos sean únicamente la prevención de la salud corporal. Este año no tendremos la merecida diversión festiva de los justos, ni los mundanos tendrán su paralizador pan y circo.
He aquí nuestra súplica.
Patrono San Fermín: te pedimos que nos protejas de las consecuencias últimas del Liberalismo aplicado a la política (liberalismo político), consistente en expulsar a Dios de ella, y en igualar, en las Constituciones civiles, el Bien y el mal, belleza y fealdad, Verdad y mentira, dando cancha libre para todo. Como detalle, seguimos lamentando que el actual alcalde de Pamplona -que sin duda tiene sus virtudes- no haya repuesto el precioso Calvario de marfil que el tal Asirón, de la formación EH Bildu, quitó del salón de plenos nada más llegar al poder municipal.
Como una sociedad no sostiene, ni al fin consiente, el igualitarismo político de todo sobre todo en la práctica de Gobierno (está visto que los gobiernos, sobre todo los del PSOE, hacen su declaración de fe no pocas ocasiones), y como el Bien, la belleza (la honradez y decencia), y la Verdad no predominan en los principios liberal-constitucionales que deben orientar dicha práctica (es contradictorio y perverso que una sociedad se asiente sobre la nada como demuestra lo anterior), tenemos abundantes leyes y disposiciones de gobierno malvadas y mentirosas, donde se llama libertad a lo que es esclavitud, se denomina igualdad a lo que es opresión del fuerte sobre el débil, del que tiene sobre el que nada tiene, y se llama fraternidad donde se siembra odio.
Patrono San Fermín: nuestros conciudadanos sólo entenderán lo anterior, y lo contradictorio entre las declaraciones de los Gobiernos y la aparente "neutralidad" de la Constitución , si admiten la coherencia de toda la realidad consigo misma -Constituciones y leyes deben formar una unidad en lo fundamental-. Sólo lo entenderán si saben que sin orientación y freno alguno (sobre todo en lo temporal la Constitución política) la naturaleza humana caída desarrolla los males que contiene. Si recuerdan que la libertad de todo sobre todo conduce al indiferentismo y relativismo moral en la sociedad e individuos (Syllabus, prop. 79) y, por ello, a la fácil afirmación de leyes injustas, en un tortuoso camino cuesta abajo acelerado con la facilidad del engaño. En fin, que sólo entenderán esto si afirman que sin la Gracia divina nada bueno es posible.
Patrono San Fermín: lo anterior hace que España sea una oscura sombra de lo que fue, la inmoralidad es lo que más se ve y hasta lo que se impone en la educación de los jóvenes, las leyes más perversas imperan, y las iglesias se vacían. ¿Hablar de una nueva evangelización aceptando, tolerando, resignándose en la práctica o dejando de combatir las leyes perversas en el acontecer práctico? Que no nos vengan con cuentos. Con este panorama no tenemos ganas de celebrar las fiestas civiles al glorioso patrón San Fermín, y nos parece bien celebrar tan sólo la fiesta religiosa solicitando misericordia.
El actual Gobierno PSOE ha aprovechado con singular eficacia la llamada pandemia de Covid-19 para imponer una serie de leyes y disposiciones que conducen a España al depósito de cadáveres: dejación ante el coronavirus como ejercicio y antesala a la ley de eutanasia, la misma ley de eutanasia, la LOMLOE con graves aspectos inmorales e injustos, indultos a los golpistas separatistas, la reforma de la ley de Seguridad Nacional, la ley Trans, las cesiones penitenciarias a los partidos secesionistas como el PNV, los pasos hacia un Estado federal o confederal... En vez de resolver los problemas cotidianos, éste ha sido el acervo y ocupación perentoria del Sr. Sánchez, delfín de su señor el multimillonario Soros.
Mira, querido patrono San Fermín, quieren conducirnos al enfrentamiento civil pero para ganar ellos. Este último no ocurrirá, porque la Revolución tiene todo el poder, todo lo infiltra incluido el Santuario-muchos obispos se meten en política y sociología, y hasta los que residen en Cataluña se declaran en Conferencia sin serlo-, y la sociedad está aherrojada con una cadena de oro aunque le falte trabajo y pan.... Si provocan el enfrentamiento civil, y tienen éxito porque no hay respuesta social alguna, es que ya han vencido. Una victoria tan rotunda va a tener dos fases: 1978 con la complicidad de don Juan Carlos, Torcuato Fernández Miranda, Suárez y Tarancón, y, 2018, con la complicidad del sr. Rajoy.... Sin Dios y sin Su Santa Ley en la Constitución política de 1978, no ha existido libertad sino sobre todo libertinaje -primero propuesto y ahora impuesto- y, con don Felipe, tras arruinar España la están descuartizando.
Para salir del fango, ¿es verdad que algunos los políticos y clérigos proponen entronizar las premisas todavía más, a la vez que levantan cadalsos a algunas de las consecuencias?
Ante este panorama, diremos que hay un sólo Dios, y que el Estado, la llamada voluntad general, el partido más votado y consentido, el procedimiento, la Constitución y ley civil, la partitocracia, la Administración, los reglamentos, los multimillonarios capitalistas y sionistas que controlan a los que se mueven a su derecha e izquierda, ultraizquierda y ultraderecha (si hay) que crearon... no son dioses. Sólo uno es el Señor: quién como Dios? Nor Jaungoikoa bezala?
San Fermín: ten misericordia de nosotros, aunque no la hemos tenido ni tenemos con los débiles, los abortados, la niñez y juventud, la mujer mancillada y abandonada, los parados y arruinados, los mayores y eutanasiados,... De seguir así, sometidos a la idolatría y el consecuente pasotismo social, nunca tendremos misericordia por mucho que el Papa Francisco nos hable con cariño de ella. Pues bien, a pesar de tan negro panorama, añadimos que tenemos alegría en el alma, aunque las circunstancias sean de lo más tenebrosas aún cuando el sol salga -repito- para justos e injustos. Quienes no tienen alegría son, sin duda, los que huyen del sufrimiento, quienes han perdido la fé católica, los idólatras de idolillos de barro, los trepas social, económica y políticamente, los jóvenes profesionales que se buscan a la Secta por curiosidad y para medrar, los olvidadizos, y los conservadores y pasotas, un tanto comodones y sin ilusión para trabajar por el Bien Común.
Cuando menciono a los pasotas, me refiero concretamente a los olvidadizos -ubi sunt?- sobre todo lo que significa y conlleva hoy el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. Unos quieren derribarlo físicamente, y otros destruirlo espiritualmente. Estos últimos son los responsables, por acción u omisión, de aquellas circunstancias que han conducido a este extremo tan intolerable, como es el olvido de unos y la tibieza de otros.
Un pueblo tan olvidadizo y apocado por todo lo que hemos ido rezando hasta aquí, tan debilitado y humillado al ser desgajado de la Navarra de siempre, ha dejado de ser; y sin ser, es de fácil su conquista y anexión por los euskonazis.
He aquí, querido patrono y primer obispo de Pamplona San Fermín, nuestro dolor y larga oración. Lo que decimos es muy recio, tanto que sólo tu, con la fuerza del Altísimo, puede soportarlo y resolverlo favorablemente.
San Fermín, ruega por los pamploneses y navarros, y por el resto de los españoles nuestros hermanos. Protégenos de los coronavirus materiales y, sobre todo, de los espirituales.
Fermín de Musquilda,
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