Este es nuestro primer mensaje y entrada del Blog este año. Les deseamos un feliz año 2017 junto al portalico de Belén y viendo crecer al Niño Dios entre los hombres. ¡Dios con nosotros!.
Esta exclamación religiosa es para todos los ámbitos de la vida: para la vida íntima de cada cuál, la familiar y de nuestro entorno inmediato de pertenencia, la vida social y -cómo no- también la vida política. Por separarse ésta de Dios hemos convertido nuestro bello un mundo en una realidad invivible e inviable. Pues... a restaurar los buenos fundamentos sociopolíticos y a ser creativos en todo lo demás. Recordemos que este es un Blog político.
Aclaremos también a los conservadores de cristal -tan delicaditos siempre ellos- que Carlos VII afirmó que todo carlista debe ser católico pero que no todo católico tiene obligación de ser carlista, aunque -añado- deseamos que lo sea. ¿Por qué? Lo deseamos porque la realidad nos está dando de nuevo la razón y porque ya es hora de entender la tradición española -si no se conoce o se tienen dudas pregúntese- expresada histórica y propiamente en el Carlismo como sector político más antiguo de España. Y también porque ya es hora de trabajar para sanar, restaurar y mejorar nuestra sociedad, agrupados en una suma de familias y personas de cuyo seno surge también la proyección política inherente al hombre total.
Caer en la impaciencia y abandonar un comunión política que recuerda las verdades políticas -no es un sector más-, comunión a la que durante mucho o breve tiempo se ha pertenecido, conlleva muchas veces el desasosiego y refugiarse en la vida privada y todo lo más social a la espera de que alguien cubra las esperanzas políticas que se perdieron por defecto propio. Poco de nuclear queda que inventar en política navarra y española porque todo está dicho y las grandes líneas maestras tienen su nombre e historia.
Entregarse ahora a partidos políticos -la partitocracia- que en Navarra y el resto de España han traído o son plenamente responsables de una crisis tan honda como la que sufrimos en Navarra y España, es perder de nuevo el tiempo y dejarse engañar mientras se engaña -omito intenciones- a otros. Entregarse a ellos para salvar el presente inmediato en Navarra es o bien lograr un breve triunfo para volver después a los males que sufrimos, o desviar la atención y perder el tiempo cuando nos inhibimos de trabajar por ir a la raíz de los males. Por eso los partidos de la oposición en Navarra sufren la imagen de ser, en temas nucleares, una jaula de grillos.
Desde 1833 -y antes, no lo olvidemos- ha existido tentaciones en política, y de ellas hay que huir como de la peste. Los males de hoy los desvelaba Pedro De la Hoz hacia 1844. Y como él otros muchos. Se avisó y no se hizo caso. Estas tentaciones sobre todo agobian a personas bienintencionadas y leídas, que hasta ahora nada han hecho, echándose ahora las manos a la cabeza y poniéndose nerviosos para hacer algo y ganar las próximas elecciones.
Claro, siempre hay una trinchera que perder, pero con este planteamiento siempre se ha perdido. ¿O no? Algunos sólo tienen en mente la defensa de la educación concertada. El PP -otra cosa son algunos políticos que aún quedan- no sólo calla ante el aborto, sino que es abortero y varias cosas más; y UPN -otra cosa son los votantes- no lo es pero para él, en la práctica, este es un tema más y no el más importante, y cuando estaban mandando daban subvenciones por el aborto, además de sus pecados de omisión.
Pues miren, hay mucho que aprender, siempre hubo mucho que trabajar, y hay que aprender a clavar un clavo aunque hacerlo no sea difícil.
Preferimos ser resto -algunos llaman despectivamente residuo- de Israel, que parte alguna de la inmensa estatua de los pies de barro. ¿Por qué? Porque así vivimos con esperanza, no caemos en los errores políticos habituales, sabemos que estamos en nuestro lugar sociopolítico como continuación de nuestra realidad íntima y familiar, no somos cipayos de nadie, y mostramos en Norte en la espesa bruma actual que genera desconcierto y cansancio social. Valga el símil decir que muchos están a la espera, pero para nosotros lo que esperamos ya ha llegado.
Pues adelante. ¡¡Carlistas aurrera!!
Pamplona/Iruña, 1 de enero de 2017
Buenas noches: me llama la atención que el carlismo siempre niegue ser el padre putativo del separatismo vasco. Vamos a ver, Pamplona es Pamplona, lo de Iruña o Iruñea es un invento del nacionalismo vasco. Que mania con el bilinguismo y el buenismo barato con el vascuence.
ResponderEliminarPamplona la fundó Pompeyo, de ahi su nombre, cansos. ""Tradicionalmente se ha creído que la ciudad fue fundada en el 74 a. C. por el general romano Pompeyo como Pompaelo o Pompelo sobre un poblado preexistente, de supuesto origen vascón, quizá denominado Iruña o Bengoda,7 aunque ninguna fuente histórica clásica recoge este dato; Estrabón sí alude, sin precisar detalles, que la fundación de Pamplona fue obra de Pompeyo.""