Es el tema más serio entre nosotros.
La niebla cae sobre Pamplona. Hace un frío agudizado por la humedad. A pesar de la noche, un grupo de personas mantiene una pancarta-denuncia: Aborto NO. Dios ama al embrión.
Se comprende que los padres con niños pequeños -familias enteras- no se hayan acercado, aunque muchos de ellos han sido avisados por los medios modernos. Por diferentes motivos tampoco han podido estar unos amigos que, en Logroño, sacan sus pancartas diciendo la verdad con imágenes a pesar que pueden herir sensibilidades. Otro día vendrán. Es que el tema es demasiado serio. No estamos para bromas ni ocultamiento.
Muchos transeúntes han visto la pancarta, que es de lo que se trata. Ojalá haya muchas pancartas en varios lugares y en el mismo momento, diciendo algo semejante.
No es un mensaje sólo negativo -a lo pésimo hay que decir claramente "no"- , sino positivo por el mero hecho de la denuncia, y por el fundamento en Dios como realidad personal, universal y omnisciente, como infinito es su amor a todas las criaturas humanas y especialmente a las más débiles.
La comisión, el consentimiento y el silencio sobre el aborto han corrompido nuestra sociedad. Ha llegado una desmoralización general. Como todo tiene sus consecuencias, las de los perores hechos morales son casi inmediatas.Ayer fue la expulsión de Dios de las leyes, portón por el que entran todos los males, y hoy es la destrucción masiva de niños por nacer. Dios que es Padre y Madre y centenas de miles de niños por nacer, nos perdonen.
Pues así todos los días 25 de cada mes, en el mismo sitio y a la misma hora.
Ramón de Argonz
28-XII-2016
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