Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

lunes, 30 de noviembre de 2015

Dos fotos de denuncia

NOTA


Hay dos simpáticas imágenes que circulan por whatsapp. 




Cada uno de estos tres personajes retratados tiene su parte en todo este "affaire". El siniestro total va desde la siniestra profanación sacrílega de Azcona; desde la calumnia de DdNoticias -difamación y trampa- acusando a los pamploneses de la burrada que no dijeron cuando se manifestaron el jueves delante de la casa consistorial; y desde el paradójico y alarmante seguidismo de buena parte del Pleno municipal a este tal Diario / sociedad mercantil -porque busca dinero, ¿eh?- que ni siquiera consulta a la policía municipal que estaba con los manifestantes pamploneses en la calle -¡oh manes de la Justicia! ¡loor a nuestros gobernantes!-, hasta terminar todo ello -eso me temo- en este único propósito: 


Recrear un moderno 1936 -"modernísimo y performance", eso sí- en el presente 2015/2016. 

Moderno por provocarlo -como ayer- el anticlericalismo, los estigmas y clichés, las mentiras y calumnias, y el "todo vale" contra lo que llaman burgués. 
Modernísimo por ejecutarse con unos medios no cruentos pero sí muy eficaces: golpear la línea de flotación de  la  fama, de la verdad, la seguridad, y la libertad de los nuevos perseguidos. Porque hay perseguidos, ¿eh?. Entre unos y otros personajes está el juego de machacar al débil. Ayer se machacó al pueblo con el terrorismo, desde 1985 e "in crescendo" se machaca a los bebés con el aborto a diestra y siniestra -y no es un decir-, y hoy se machaca al Santísimo y -mucho menos importante que el Santísimo, desde luego- los sentimientos religiosos de los católicos. 
Parece que quieren un modernísimo 1936 en el presente 2015/2016, provocado por estos guerracivilistas pero para ganar lógicamente ellos. 
Al parecer a ello se prestan Azcona, DdNoticias, los concejales del cuatripartito, y los que se manifiesten en este sentido por las calles. Pues allá ellos y su conciencia, si es que la tienen. 

En el gran teatro del mundo que es en lo que han convertido Pamplona en el presente, los modernos talibanes se burlan con sus obras de la necesidad de salir de la crisis económica, de las bolsas de pobreza, del tremendo paro laboral en Navarra, de las angustias de la juventud laboriosa...  Lo que les importa es otra cosa, quizás porque lo de Cataluña ya es baza perdida: los sueños del caldo de cultivo mental e ideológico de cierta oligarquía que vive a costa del presupuesto público y que ofrece lo que sea en bandeja a ciertas masas.

Ahora harán su manifestaldia o manifestapena muy borroka, quizás con ikurriña pero seguro que con bandera republicana (aunque ya estemos como en la IIIª República), haciendo ver de forma burda y no sin cierto airecillo de canalla, que los católicos que han sufrido y sufren la agresión de los profanadores son precisamente los agresores por el hecho de manifestarse libremente en el ejercicio de sus libertades cívicas para exigir RESPETO ante la profanación sacrílega. Manipulación a galope. 

Y quieren las calles sólo para ellos. Y los católicos a ser ciudadanos de tercera: ni Dios, ni ciudadanía, ni libertades, ni rosarios en la calle que -eso sí-  son una provocación (y alguno se lo creerá). 

Son lo que manifiestan ser. Y los demás a aguantarse toca (¡oh su democracia popular a lo Stalin, antaño ministro de nacionalidades en la extinta URSS!). Pues bien, lo que no vamos a hacer es estar callados ni quietos. Que no esperen otra respuesta que la verdad manifiesta y la oración porque es lo único que tenemos. El liberalismo sociopolítico ha deshecho todo, sociedad incluida, las élites naturales y hasta los Tribunales de Justicia.

Lo que realmente ocurre es que a Dios se le ofende hasta el sacrilegio, y esto ya es lo único que nos duele. Se le ofende en la matanza del aborto de la clínica de Ansoáin -y antaño en otras de fuera de Navarra- y ahora profanando al Niño Dios directamente. Son los nuevos Herodes. Dentro de años se hablará de nuestro tiempo y de nuestra Pamplona con auténtica vergüenza. El orgullo y buen vivir nos han pasado factura. Mientras tanto y por ello, a Navarra se le embadurna y se le hunde...  Que los tales hagan lo que quieran, pero la Eucaristía... ¡no la toquéis! Ya la habéis profanado, ya; y yo sólo ¿qué puedo hacer? ¿Podré siquiera rezar con alguien en la calle en voz alta? (Seguro que sí, y me alegro). Y digo en la calle porque en ella está la profanación. 

Perdón por la sinceridad. Todo esto va pero que muy rápido. 

RdeA
Pamplona/Iruña 30-XI-2015

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