Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

lunes, 3 de noviembre de 2014

CORRUPCIÓN A TODO TRAPO. ¿QUIÉNES LA HAN TRAÍDO?

OPINIÓN


MÁS SOCIEDAD Y MENOS ESTADO 

ESTABA AVISADO. Aunque encorajina a cualquiera, no nos extraña lo más mínimo. Sí, estaba avisado: nuestros conciudadanos no nos hicieron caso y ahora venimos todos con lamentos. Y que si podemos o no podemos. La hemeroteca tradicionalista está llena de los avisos que los carlistas dieron sobre la CORRUPCIÓN que iba a venir. Y ya ha llegado. Honda y a mansalva. Han dejado -sin duda a propósito- a España que da pena, como un pequeño cascarón a merced de cualquier pillo, aunque pillos ya ha habido bastantes. 

          ¿Las causas de la CORRUPCIÓN?:
  1. El materialismo y las idolatrías de los sin Dios en la política y las leyes. Es hora de rehacer y refundar España, las Españas, desde la fe cristiana, porque además de ser necesario el pueblo español sigue siendo cristiano. 
  2. El abrir la veda de los siete pecados capitales: desde la soberbia, pasando por la lujuria y envidia, hasta la pereza. Así,m el barco hace agua por todos los lados; obrerazos y señoritingos lo han hundido como grandes egoístas que se han mostrado.
  3. La Partitocracia ha sustituído y anulado la organización social. Nadie se siente representado en sus intereses reales, familiares, sociales y profesionales. Y los votantes de ayer se sienten más que defraudados. Hablan de democracia y todo es una farsa desde hace tiempo. Algunos ya proponen la democracia popular. El cabreo ante el fraude lo tendrán que decir los ciudadanos de alguna manera, aunque las alternativas que se presentan no son nada halagüeñas. En suma: la manipulación de la política en sus grandes líneas es evidente y decisiva. Tres pasos a la izquierda, medio a la "derecha", y, en plena crisis -que no es casual- el "Podemos" que "supera" a ambos colocándose en la ultraizquierda cubana, todo es uno. ¿Pararemos como Cuba? No se qué tiene España que es tierra de un continuo y gran ensayo. Sí, "no va a conocerla ni la madre que la parió": así de "elegante", así de despectivo.
  4. Gritando libertad absoluta para todo, se ha caído ya en el estatismo idealista de todos los que ocupan el poder, y en el control y desintegración de la sociedad.
  5. Eliminaron los cuerpos sociales, intermedios entre la persona y el poder civil, lugar de libertades y freno al poder, y el Estado absorbió la sociedad. Y luego el Estado a mantenerse ahogando y estrujando a gusto a la cuidadanía y a sus obras. Y las gentes imitando al Estado en su "divertido" endeudamiento, hipotecando todos generaciones enteras. Nosotros, los tradicionalistas, siempre hemos sido indignados. por eso, los indignados de hoy, que ayer no se indignaron, ¿dónde estaban? Y nos tacharon de exagerados y "aguafiestas", mediante insultos y la política del silencio.
  6. Se opuso la libertad (convertida en utopía y mito) a la responsabilidad. 
  7. El más Sociedad y menos Estado impedía al Estado estrujar a impuestos a beneficio de la vidorra y  el mamoneo de no pocos políticos de baratillo -aunque sin duda los hubo y hay honrados-, de otros enchufados, de quienes vivían de la multiplicación gratuita de oficinas y  funcionarios -muchos de ellos "a dedo"- que no daban ni golpe. Porque eso de la transparencia en los nombramientos no se lo cree ya nadie. Ojo: que la Bolsa común esté llena para hacer muchas OBRAS PÚBLICAS permite la fácil distracción del dinero. 

"Si el pueblo está pobre, vivan pobremente el Rey y sus ministros" Don Carlos VII

          Nunca valieron y tampoco ahora valen.          
El PP, PSOE, IU y los nacionalismos está pasados de rosca.
          Sectores nuevos como Podemos son un simple cabreo no contenido que no sabe qué hacer salvo echar a patadas a los anteriores. Que venga el estatismo marxista y la economía de planificación central no es un plato de buen gusto. Será ruina sobre ruina. 
          Estamos hartos de la dictadura de la partitocracia, de la corrupción, de la dictadura de los anti-sistema por sistema, de los iconoclastas, de los anti-globalización muy globalizados, de los amigos de las subvenciones por doquier. Por que nada es "gratis". 
          Estamos hartos también de totalitarios fascistas, estalinistas, liberal-socialistas y nacional-socialistas. Hartos de quienes insultan a los demás, quizás porque quien se adelanta insultando al otro quedaría libre -eso cree él, pero al final todo se sabe- de la marca que pone a los demás. Y si estamos hartitos es porque otros han empezado, y ahora agudizan sus insultos colocando a los demás el sambenito que les viene a ellos de maravilla. 
          Todos, unos y otros, se presentan muy socialistas, diluyendo y perjudicando nuestras familias, barrios y sociedades inmediatas de pertenencia. La configuración interna de nuestra sociedad nunca fue masificadora ni dirigista, y tampoco lo es hoy: de ahí que el cabreo de muchos esté justificado. Lo que no quisiéramos es que los que creen poder reorienten al cabreo a situaciones que producirán más cabreo y el dominio mundialista de nuestras sociedades y de la misma España, hecha trizas por la República coronada. 
          Qué queremos.
          Queremos que la sociedad se organice naturalmente: familias, escuelas e institutos de educación, comunidades de vecinos, colegios profesionales y de oficios, sindicatos no politizados, municipios con candidaturas independientes que tratan los problemas concretos sin caldos de cultivo ideológico -gente con sentido común-, cámaras de comercio, asociaciones de consumidores y culturales, grupos deportivos y la riquísima gama de actividad social que se desparrama cuando hay libertades, menos burocracia, menos control administrativo, menos impuestos...
          Queremos que los políticos no cobren por serlo, el juicio de residencia, y el mandato imperativo que la Constitución suprimió. Las listas abiertas sería un primer paso. El acceso de la sociedad configurada por instituciones a la representación política sería otro más interesante. El principio de subsidiariedad, entendido como siempre, es básico, pues pone al poder civil en su sitio: limitado, moral y, en lo que le corresponde, fuerte. 

          EL MÁS SOCIEDAD Y MENOS ESTADO de siempre, de 1986, de ayer, también lo es para HOY Y PARA MAÑANA. 


          Ramón de Argonz y 7 firmas más

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