No cumplen ni sus propias leyes

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A España no la defiende ni su Gobierno, ni su parlamento, ni el actual jefe de Estado.

Don Felipe de Borbón y Grecia ha firmado la ley de amnistía votada en el Congreso de los diputados el pasado jueves 30 de mayo de 2024. Hoy, día 11, saldrá en el BOE.

Don Felipe firma  la sentencia de muerte de la propia Constitución traída y jurada por su padre y por él. Allá ellos, pero al menos deberían cumplir sus propias leyes. Y los Gobiernos también.

Perjuro fue el primero, juró en falso -que no ante Dios- el segundo.

Pero... ¿cómo puede ser esto?

Es que... ¿no lo iba a ser cuando se estableció que el pueblo español iba a estar supuestamente "defendido" por los poderes institucionales creados para someterlo? ¿No lo iba a ser cuando desde 1978 y antes (piensen en la rareza del asesinato de Carrero Blanco, en Montejurra 76 etc.) hemos estado a merced de oligarquías entrelazadas con poderes ocultos y hasta una conocida secta fraternal que no acaba de salir a la luz?

Vivimos el castigo de haber expulsado a Dios de la Constitución y las leyes: castigo como el dejarnos al arbitrio de los hombres, ¡y de qué hombres! Castigo es no tener hijos, ni patria y ni rey... desde hace mucho tiempo, a la vez que vivir sin justicia, sin trabajo, y sin pan. Los jóvenes españoles, bien formados, se van de España.  Y, poco a poco, nos traerán el  pleno desorden para que seamos felices. Pues nada, quien apoyó esto, no se queje y que aguante. 

Si se utilizó la Corona desde la L.O.E. de 1967 para engatusar y no asustar a la masa honrada de españoles, y si le sucedió la soberanía popular absoluta e ilimitada pero dirigida por algunos, la síntesis de todo ello -el mínimo común denominador- es el gobierno de esos algunos, de un Gobierno como la partitocracia, ilimitada, absoluta, caprichosilla y mentirosa. Lo decía Balmes: la Revolución en España se esconde detrás del trono. Sigan, sigan con la monarquía constitucional, sombra de monarquía y que no cumple ni  sus propias leyes... porque no quiere aunque puede y deba. No hay cosa peor que enmascarar al ladrón de cajero.

Pero además esos algunos son de fuera de España. Sánchez tuvo a Soros como primer visitante de lujo, luego a Bil Gates, y don Felipe ha asistido hace unos días al Bilderberg. (Me entero por la red). Sí, desde 1978 nos manda la Revolución mundial, y al pueblo se le engañó convenciéndole de la  soberanía nacional. Los que no se dejan engañar siempre son una minoría: los carlistas de siempre y otros sectores de españoles de pro. Esto explica por qué en España todas las leyes deleznables hayan entrado por la puerta de atrás, así como los incumplimientos y servilismos de Aznar y Rajoy. Qué pasa, ¿ya no hay "voces proféticas" en la Iglesia? 

Los españoles estamos solos, huérfanos. Ahora bien, afortunadamente hay españoles que no quieren ser el hazmerreír de la secta. Sólo por las buenas obras de nuestros padres, mantenemos el honor.

Don Carlos VII, antecesores y sucesores, confiaban plenamente en el verdadero pueblo español, allá donde se encontrare consciente o inconscientemente. Pues ya sabemos: a ser lo que somos y a trabajar en consecuencia. Aquí, con la experiencia y con la razón, nadie se desmorona. Plus ultra. 

El 14 de abril de 2018 la CTC difundió esta imagen en Pamplona,
como advertencia y aviso de navegantes. 

El observador insatisfecho