La fatal crispación mostrada –y/o generada- por la ultra izquierda indica
que estamos en un mundo al revés. Tal crispación, ¿fue sincera, de aprovechados, o ambas cosas? No creo que
fuese sincera porque faltaron motivos suficientes, salvo que la ultra izquierda
sea verdaderamente locatis e hipersensible, es decir, esté enferma. Más creo que responde a la vieja táctica de mostrarse el ofendido extrapolando
todo caprichosamente para así dominar al otro, al que se le incita a dudar hasta
de sí mismo.
Lo ocurrido fue lo siguiente. Primero, fue Gerardo Pisarello (En Comú Podem) quien, asombrando a los inmediatos que
le rodeaban –se vieron caras y gestos-, se dio por aludido en la intervención
de Santiago Abascal, aunque ni siquiera aquel fue nombrado. Durante el minuto que
la presidente de la cámara le concedió por
alusiones, se desquitó a gusto. El tal se crispó in crescendo, con genio provocador,
insultante y hasta fuera de sí, diciendo barbaridades de Vox. De ahí que José
María Figaredo (Vox) pidió la palabra por el mismo motivo de alusiones. ¿Y entonces?: pues la
presidente Armengol se la negó, cayendo en un enorme agravio comparativo y con palabras
unilaterales y más que tendenciosas. ¿Es que esto no iba a aumentar el lío y a
seguir el alboroto?
Por si fuera poco, y a continuación, el socialista Artemi Vicent Rallo,
encargado por Sánchez de la defensa de la ley
de Amnistía, hizo desfilar con enorme crispación a filofascistas y filonazis,
identificándolos con Vox. Gran argumento éste. ¿Por qué tan mala saña, Sr.
Rallo, y por qué arremetió después contra Núñez Feijóo? Por su estilo nervioso y
sus razones pueriles en favor de la ley
de Amnistía, parece mentira que el Sr. Rallo sea todo un intelectual.
Tengo para mí que Pisarello y Rallo creyeron que la mejor defensa de la ley de Amnistía era un duro ataque a la
oposición, insultando sobre todo a Vox, a quienes, lógicamente enfadados,
encima la prensa les acusa de alborotadores. Las palabras de la presidente
Armengol son de antología por lo que presuponían contra el partido Vox, después
que ella había vetado a Figaredo para responder a Pisarello.
Que nos aclare el sorprendido Sr. Sémper, portavoz del PP sobre quién ha
montado el show y espectáculo. ¿Por qué los medios paniaguados señalan principalmente
a Vox?
La intervención del Sr. Pisarello y más la del Sr. Rallo se parecen a las
de la Segunda República. Tal cual. Y ello por su dureza excluyente, falta de
razones, y sectarismo provocador. Un tono tan subido como en épocas
republicanas, parecía inimaginable, pero es una realidad. Se parece algo a
aquella sesión histórica en la que se amenazó a Calvo Sotelo. Así, muy mal
vamos.
¿Puede ser buena una Constitución que es incapaz de impedir el abuso de
poder que supone la ley de Amnistía, el
golpe dado al Estado en sede parlamentaria, el abuso de buena parte de las
oligarquías que dirigen al pueblo dizque soberano, y sobre todo del PSOE con el
sátrapa Sr. Sánchez?
José Fermín Garralda
No hay comentarios:
Publicar un comentario