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Así están las cosas: nos dicen que don Felipe de Borbón cede ante Pedro Sánchez presentándole a la investidura, y lógicamente cede ante aquellos con quienes éste pacta: amigos de terroristas etarras, separatistas, golpistas en Cataluña.
La culpa es de don Felipe, pero también de todos los que hasta ahora han asentido a que tales sectores estén representando en las Cortes españolas y tengan carta de ciudadanía.
Ante esto, nos parece excesiva la expresión de "tal -don Felipe- para cual -Pedro Sánchez-", que utilizan algunos.
Sin embargo, diremos que de aquellos polvos estos lodos, y que con este aluvión de lodo todo es resbalarse en el barrizal. Diríamos que es hasta "obligado" hacerlo. Es una pena que vayan muriendo quienes nos han traído "esto", que ya no lo quiere nadie salvo los que se benefician de ello: la muerte se los lleva sin que den las explicaciones, justificaciones y "mea culpa" que debieran de dar y hacer. No obstante, lo importante es que cada cuál es responsable de sus decisiones, y don Felipe también.
Pero nosotros sí somos monárquicos. De la monarquía legítima (no liberal-socialista), católica (no confesional del agnosticismo, ni del clericalismo laicista -qué lío, madre mía- ni de la masonería -especulativa u otra-), social (no partitocrática) y representativa (sin que dicte el engaño y el chantaje).
Ni España ha muerto ni todos los españoles siguen dormidos.
F. de M.
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