SAN FERMÍN siempre se queda con nosotros, aunque los Sanfermines 2018 hayan llegado a su fin: entre el gran estallido de simpatía y alegría que soluciona la espera de la escalera del Santo y la pena del "pobre de mi" que al fin suaviza nuestro cansancio.
Hoy, los kilikis se han despedido en nombre de la Comparsa de gigantes y cabezudos con efusivos saludos, una caramelada y un adiós no sin nostalgia. Ha sido en los balcones de la calle Calceteros que da al Ayuntamiento. Nostalgia ellos, tanta o más nuestros niños, y nostalgia también la de esos otros niños aunque vayan algo maduritos.
La Redacción
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