Agresión a la luz del sol contra las libertades cívicas en Pamplona.
Agresión en nombre del "hago lo que me apetece" y "si no me gustas, te callo".
Agresión en nombre del "hago lo que me apetece" y "si no me gustas, te callo".
Y ello con el consentimiento del alcalde EH Bildu, la pasividad de la policía municipal, y la ausencia del poder Ejecutivo del Gobierno del Partido Popular.
NOS
IMPORTA TRES PEPINOS QUIEN SEA EL AGREDIDO. No es justo lo que ocurre: esto es un
rodillo. Hoy los sufridores son ellos, y mañana somos tu y yo.
Así es de noche, así es de día.
Ataques por los que hacen de juez-que-todo-lo-sabe, que sentencian, que son
parte interesada y que tienen el poder callejero y municipal. Una situación
manipuladora y explosiva. Los demás, a aguantar sus “machadas”, que éste fue el
planteamiento de ese genio llamado J. J. Rousseau, por lo mismo que siendo el
“padre de la democracia moderna” -a ésta no la llevó a la Inclusa como sí a sus
hijos naturales- lo es del socialismo y los restantes totalitarismos.
La agresión ha sido en nombre del
“hago lo que me apetece”, y “si no me gustas, te callo”.
Ha sido con el consentimiento del
Sr. alcalde EH Bildu, la pasividad de la policía municipal (los munipas),
y la ausencia del poder ejecutivo del Gobierno del partido Popular.
En efecto, ayer martes, el
conocido autobús naranja de Hazte Oír, fue atacado brutalmente por grupos que
siembran violencia en Pamplona. Son cinco, veinticinco o cincuenta chavales y
chavalas que campan por sus anchas y que hacen lo que les da la gana.
Tales -los pobres-, siguen la
batuta de gente emperifollada y de salón. Son -los pobretes- carne de cañón de
quienes desean que llegue el totalitarismo a España. Porque estamos de ensayo,
¿saben? A ver hasta dónde se puede llegar. También los bien-pensantes pero
comodones están “medidos” y no son valladar de nada. Y, sobre todo, de quienes
desean que el totalitarismo llegue a España, un gran país que sigue siendo
ejemplo y faro de Hispanoamérica, que es un pueblo fogoso y todo lo lleva hasta
sus últimas consecuencias.
Si no se permite a los cachorros
del radicalismo batasuno y los Lobys llegar al final del proceso,
explotan de ansiedad, pues todos -sobre todo ellos- tienen que ser felices,
¡qué caramba! (Acierte Vd.: ¿quiénes son ese “todos”? ¿Es como el “todos”
constitucional, en el que el nasciturus nada significa
en el caso de aborto?) Pues bien, esta contradicción hace que los liberales
moderados o conservadores peperos tengan -o nos traigan- que
sufrir el radicalismo que tanto temen. Señores: seamos sinceros: ¿o es que los
mayores males, el avance del totalitarismo, no los trae la misma ejecutiva nacional del
PP ?
Este totalitarismo es -lo anunció
Tocqueville hacia 1848- fruto del Liberalismo. Parece mentira: los intolerantes
e inmorales de hoy, los totalitarios y dictadorzuelos, los
acostumbrados a utilizar la fuerza para fines políticos, los que llaman fachas y nazis a
los demás -quizás porque lo son ellos-, los que lanzan epítetos contra sus
contrincantes políticos… quieren dar lecciones de democracia yendo contra la
democracia liberal y contra lo que sea. Esto también refleja la incoherencia de
un Liberalismo radical que también se expresa como anarquismo. Da pena
que tales chavales y chavalas crean que con decir sus barbaridades en batúa,
tienen bula para todo, y que son más personas y libres, más progres y
más guapos y guapas. Y lo peor es que el señor alcalde EH Bildu -que se
encontró con el poder con una sospechosísima carambola- y sus pobres y
sufridos munipas, les den bula.
En nuestros tiempos del Partido
Popular y Ciudadanos, y, concretamente, de la mano del Partido Popular
nacional, España camina hacia el totalitarismo de facto. Así ocurre
cuando se agrede a la religión católica y los Tribunales y el Ejecutivo
nada hacen. Ocurre cuando se agrede abiertamente la libertad de los que
manifiestan un criterio diferente al que tienen los que mandan, los que se
dicen políticamente correctos, y nadie hace nada. Se deja hacer… y esto
estimula más agresiones. Ocurre cuando los fiscales del Estado miran a otro
lado y toman las de Villadiego.
Sí, el Gobierno del PP es muy
responsable de lo que está pasando, y todo anuncia el ocaso de las libertades
cívicas de los que piensan distinto a los inmorales, los ideológicos y
anticatólicos. ¿Tendrán que venir a ayudarnos judíos y musulmanes? No pocas
veces los católicos han sido tratados en España y la misma Navarra como
ciudadanos de segunda o tercera clase, como parias, y los políticos que se
dicen católicos, tan sonrientes porque su jefe y la ocasión o el partido se lo
mandan. Ahora son los ciudadanos del autobús naranja los tratados como unos
desgraciados y parias, y nadie dice nada. El silencio cómplice es el camino del
totalitarismo. ¿Hay algún político que se tome esto en serio y movilice algo o
a alguien? Los de UPN y PP algo han dicho -por supuesto que subrayan que nada
tienen que ver con Hazte Oir y que piensan distinto- pero nada más hacen.
En Pamplona, ya cualquier ciudadano
está ya sometido al escrache: lo estuvo el Sr. Maya y ahora lo está hasta el
Sr. Asirón por algunos de sus propios munipas. Y, por supuesto,
también lo estará Vd. SI HACE ALGO que no gusta.
Los pamploneses estamos hartos de
presiones y agresiones, de prepotencia y chulería de los de siempre
en la calle; de instituciones ocupadas por el cuatripartito; de la pepera
Cifuentes de Madrid que no respeta ni libertades, ni conciencias, ni
derechos; de la ineficiencia de los que están en el PP para “convertirlo” desde
dentro -ay que risa, Felisa-. Cualquier motivo les vale a los violentos, chuletas
y niños del papá Estado o de las mamás llamadas modas, desde luego impuestas
desde arriba. Es el pensamiento único. Y a ver quién se mueve en la foto, que,
si no sale en ella, pierde el pan y la sal (conciertos, subvenciones, puestos a
dedo, enchufes, lugares de influencia…).
El sábado pasado fue la batalla
campal en el Casco Viejo de Pamplona -la poli estuvo flojita
con todo lo que le tiraban- entre unos mozalbetes dirigidos y azuzados por
aquellos que todos sabemos. Ayer martes asistimos al ataque contra dicho
autobús naranja. Y todo ello delante de la fuerza del Orden. Por lo visto, los
buenos eran los atacantes, los que agredían, los que siembran el pánico, y los
malos quienes ejercían su derecho constitucional a la libre expresión de sus
ideas.
También produce hartazgo que se
persiga a quien tan sólo recuerda la naturaleza del hombre como ha hecho Hazte
Oir, que se persiga las libertades cívicas tan predicadas por quienes las
rompen a cada paso hasta extremos inconcebibles, que se persiga lo que
significa religión católica. ¿Se acuerdan de la profanación sacrílega en el que
fue Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada? Primero se actuó y se
actúa contra Dios. Luego se actúa contra el hombre. Algo después se va contra
la libertad de pensar diferente a ellos precisamente. Y mañana que nadie se
mueva, esclavos de cinco atrevidos o, mejor, del gobernante de turno puesto por
quienes ponen y quitan Gobiernos. Esta es la democracia que nos hemos dado
-diría el Sr. Suárez-.
¿Qué más hacía este autobús
naranja?: simplemente manifestarse. Más todavía, recordar la naturaleza
humana, y ejercer la verdadera libertad cívica. Si a Vds. no les gusta lo
que significa el autobús naranja -¡qué culpa tiene el color, digo yo!-, y lo
que quería expresar -todos estamos encantados con lo que decían- pues Vds. se
aguantan, ¿o no?
Hablo del color porque debido a
las presiones y prohibiciones de algunos políticos de muy poca monta o
residuales, dicho autobús había omitido su conocido lema y hasta del
logo de su organización. (Véase la imagen de “Diario de Navarra” pero
divulgada por la red con la policía municipal de un gobierno pamplonés filo
fascista -o no, ¿sr. Asirón y comparsa nacional socialista?-). Por lo visto el
color naranja no les gusta a los cinco cabritillos, ni al Sr.
alcalde, ni a los munipas mandados por él -ya tienen en esto
su penitencia, ya, en servir a tal señor-. Tampoco les gusta el logo, como
los primos hermanos estalinistas y nazis socis. Sí,
contradicciones éstas que hacen historia -que no la Historia-…
Quizás lo más serio del pasado
martes fue que la policía municipal del Sr. Asirón EH Bildu obligase a los del
autobús a tapar su logotipo. Porque sí. Dictadorzuelos. La libertad es un
cuento chinesco en Pamplona, pues ya vemos qué y a quiénes se persigue
hoy. Que los Asirón no nos hablen más de democracia, que la suya es la de
Cuba y Stalin. Ahora bien, hay que constatar que con ellos estamos recogiendo
las contradicciones y errores del liberalismo moderado del tal Suárez,
Hernández Gil, Fraga y sus aventajados señores discípulos.
Estamos en al final del proceso:
la corrosión política y social, la corrupción, la descomposición del mundo
católico y de la misma España. Esto tiene como causa la actividad de aquellos
que desde hace tiempo levantan columnas y templos al nuevo paganismo, del que
participan las cúpulas de todos los grandes partidos.
¡Estas y otras cuestiones
contrarias a la vida humana y la religión católica, son llamadas
libertades en Pamplona y nuestra España constitucional! ¿Quiénes llevan
hace tiempo cargándose las libertades y la misma Constitución? Y los de
UPN y PP con su flamante gobierno central, tan campantes… hablando los de UPN
con la boca chiquita. Pues allá ellos.
Fermín de Musquilda
Pamplona, 24-III-2017
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