Fiesta de la Asunción de Nuestra Señora
ESTAMOS todos muy contentos. Hoy celebramos la fiesta de la Asunción en muchísimas familias, en muchos pueblos y ciudades de España. La Tierra de María no se deja ganar en amor a Nuestra Señora. Y esto desde hace pero que muchos siglos.
A alguno le parecerá extraño que en un blog político, que desde un partido político se elogie directamente a la Santísima Virgen. Dirán que esto está requetebien en el fuero interno, en la familia y en la sociedad. Pero nada má, y que en el fuero público sólo cabe lo directamente social.
Tales no entienden que somos una Comunión política, que la política es la expresión institucional y jurídica de la misma sociedad, que los españoles estamos pero que muy contentos celebrando este día, y, sobre todo, que como políticos rendimos tributo debido a Dios, a Su Madre y a los amigos de Dios nuestros santos patronos. Nada más y nada menos. De esta manera tan fácil y natural expresamos nuestra confesión religiosa. Ya se dijo: "Si Dios no existe todo está permitido". Y en un pueblo de cristianos: "Sin Cristo y la religión católica todo está permitido". Cuando aquí uno reniega, lo hace del todo. ¿No ha pasado esto en nuestras sociedades, en nuestra amada España?
No somos los clásicos meapilas se sacristía -con perdón-, ni los liberales de antaño que están más perdidos que Carracuca y que nos han traído lo que sufrimos, ni los laicistas positivos o negativos de hoy que quieren ignoran a Dios y a los hombres y, todo lo más, quedarse con el compromiso y el qué dirán. Somos españoles consecuentes con todo lo bueno, así de fácil.
Nuestra felicitación a las que se llaman Asunción (Asun) y a todos sus familiares y amigos, de lo ancho y largo de la piel de toro.
Nuestra felicitación al concejal de Leiza (Navarra), don Silvestre Zubitur Goñi y a otro concejal del Consistorio leizarra, por mantener la presencia religiosa del Ayuntamiento en las fiestas de San Tiburcio, expresando lo que Leiza siempre fue durante siglos: una población amante de Dios y de sus tradiciones más arraigadas. Si algunos hoy -un suspiro o catarro en la historia de los pueblos- no respetan a Dios, respeten a los que Le ven más que necesario y tienen sus tradiciones como carne y uña. Desde luego, no todos tienen lo mismo que perder; ni lo mismo que ganar porque muchos ya lo tienen en su haber. ¡Aurrerá!
La Asunción, de Ticiano. Cuadro renacentista del s. XVI |
Ramón de Argonz
15 de agosto de 2016
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