A vueltas con la "Memoria Histórica"
La expresión "Memoria Histórica" admite muchas lecturas.Una errónea y otra verdadera.
Los términos "Memoria" e "Histórica" aplicados a lo mismo, son términos equívocos y no unívocos. Son términos ambiguos, como dice el prof. Ayuso. Hoy, tal como algunos los utilizan, lía la comprensión.
¿Por qué? porque podemos definir dos acepciones.
Primera acepción. Si, por un lado, la Historia es el pasado como tal y estudiándose con el debido rigor puede ser una ciencia, sin embargo y por otro, la Memoria puede aportar un grado de subjetivismo, de manera que puede ideologizar el conocimiento del pasado, cargándoselo. Esto implica el gravísimo riesgo de teñir todo de ideología, saliéndose del cauce de la Historia.
A todas luces este actuar es erróneo y, en España, hoy se ha mostrado malintencionado. Los que lo utilizan son no pocas veces guerracivilistas: marxistas y separatistas amigos de toda revancha. Creo que piensan así: ganemos hoy la guerra perdida en 1939 pero sin hacerla. ¿Cómo?, pues ganando las conciencias previa tergiversación sistemática y descarada de los hechos (cuando más descarada sea, es más probable que sea admitida como veraz, porque llama la atención y además nadie cree que el otro va a mentir tanto). Toda apariencia de empirismo sería muy buena. De ésta suerte, la situación de hoy sería como la que tenía que haber sido en 1939 suponiendo que se hubiera ganado la guerra. En tal caso incluso se podría pasar de la palabra a la acción contra quien ayer venció y hoy es "vencido", con la seguridad de que todo tendrá el sabor de la justicia y resultará impune. Del lavado de cerebro a los juicios populares.
Segunda acepción. Es la que permite afirmar la conexión inherente entre la Memoria y la Historia. Así, Memoria Histórica sería el impacto de la memoria conservada sobre los hechos del tiempo, que es lo que permitiría embarcarse a descubrir el pasado levantando así la ciencia histórica. Aquí no habría ideologización sino subordinación total a lo que la cosas fueron según las fuentes históricas, y tal como se pueden conocer según estas. Tampoco habría un revival para machacar a nadie ni actuar en el presente. Digamos que la realidad histórica debe ser conocida procurando con toda necesidad salir del subjetivismo, pues la principal finalidad de la ciencia histórica es el conocimiento del ayer por sí mismo. Desde este punto de vista, la ciencia de la Historia no es completamente ajena a la Memoria. En realidad, la verdadera "Memoria histórica" es la tradición.
Son tan evidentes las diferencias entre estas dos acepciones que toda confusión entre ellas se debe a que los guerracivilistas de hoy no quieren entender a los que ni politizan, ni ideologizan, ni tergiversan la realidad, ni la utilizan como arma de lucha. Para el marxista todo es ideología y política; toda mentira y sobre todo el odio es útil para hacer la Revolución, y la realidad es dialéctica. Este "reescribir" la Historia, cargándosela, no es cosa de los totalitarismos europeos tan conocidos, sino que ya lo hizo antes Jules Ferry, durante la IIIª República Francesa.
En cambio, para nosotros, los tradicionalistas, sólo queremos recordar según verdad, por las personas mismas del ayer, para rezar por nuestros mayores que lucharon y hasta murieron por Dios y por España extendiendo la oración a todos los de entonces, para no cometer errores, para admirar e imitar virtudes, sin odio ni resquemor, y sabiendo que los hechos y procesos sociales no necesariamente se repiten, que las circunstancias en cada caso son distintas, y que la voluntad no está determinada. No, nos nos encontrarán utilizando el pasado como herramienta para azuzar el presente.
Fermín de Musquilda
Pamplona/Iruña, 17-VII-2016
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