LAS COSAS VUELVEN, TARDE O TEMPRANO Y EN ESTE CASO, A SU CAUCE
HE AQUÍ LA NOTICIA de prensa aparecida en el diario ABC de hoy, 30 de octubre de 2012, anunciando a los lectores que el diputado General de Guipúzcoa, Sr. Martín Garitano, ha retirado -¡por fin¡- esa vergonzosa placa contra la bandera nacional de España.
Aunque nos han hecho sufrir de indignación durante largo tiempo, nos felicitamos.
Este Boletín se hizo eco en varias ocasiones (por ejemplo, véase el 27-XI-2011) del rechazo social representado por dos personas al retirar dicha placa, patentizando con ello la indignidad de ésta y su ilegalidad.
ABC, 30 de octubre de 2012 |
Hoy dia son tiempos en los que malos guipuzcoanos repudian la herencia milenaria de sus mayores, de sus abuelos, y de sus padres. Están dejando a sus hijos un país desolado por el miedo, la corrupción moral, la crisis económica y la pérdida de los grandes ideales de Guipúzcoa, de España -las Españas- y de la Hispanidad. Como navarros no decimos que hablen de los doce cañones sustraidos por la fuerza en Velate. Hablen -eso sí- de Legazpi, de Urdaneta, de Íñigo de Loyola, de Juan Sebastián Elcano, de Joanes de Urbieta y una pléyade de guipuzcoanos ya militares y políticos, ya comerciantes e industriales, ya misioneros como el p. Esteban de Adoáin y santos, de enorme fidelidad, de corazón grande, de ímpetu y capacidad creativa.
No sustituyan la familia guipuzcoana, asiento de la persona arraigada por sí, por la "nación" -cualquier "nacionalismo"-, ni por el "Estado -cualquier "estatismo"-, ni por el individuo marioneta de corrientes a la veleta y poderes sin rostro. Que no sustituyan el "alma" -es una imagen- guipuzcoana por ideologías de finales del siglo XIX, "arraigadas" hoy por temor e ignorancia, por la antítesis dialéctica, por la huida de muchos naturales guipuzcoanos al resto de España, por la llegada de muchos emigrantes -con derecho o facultad moral a emigrar pero no a ser "nacionalistas" y mucho menos a jugar a vascos-, por el ambiente artificial creado, por el poder de las instituciones políticas en manos partitocráticas, por un estatismo pretotalitario.
Guipúzcoa por sus Fueros, que son derechos propios y no concesiones del Estado como ocurre con los estatutos de autonomía. Guipúzcoa, social y políticamente, es lo que sean sus Fueros. Y sus Fueros son la tradición de Guipúzcoa, que, ni se rindió en Vergara, ni es contra nada ni contra nadie.
Ramón de Argonz
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