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El pasado 18 de enero de 2025, el conglomerado político Contigo zurekin, de corte social comunista, se ha manifestado por la Avenida Carlos III de Pamplona hasta la plaza del Castillo, donde ha hecho una parodia contra el monumento de Navarra a sus muertos en a Cruzada, que destruyen a mazazos, identificándolo además con el Carlismo de Dios-Patria-Rey. Si otros hicieran esto con lo suyo, ya hubieran puesto el grito en el cielo calificándolo de odio. Es así, a lo Talibán, como han parodiado la demolición de dicho monumento, reducido hoy a sala de exposiciones, conservándose su cripta donde se reza el Vía Crucis mensual.
Muchos engañados han desfilado con banderas rojas, la hoz y el martillo, republicanas, y la ikurriña del imperialismo más allá de la muga, que los más o menos comunistas en Navarra desde luego no llevaban por entonces. Con ello ya han dicho todo para justificar su exigencia iconoclasta y talibán: su verdadero objetivo es cambiar la política española en el sentido que dicen sus banderas, aunque traiga la esclavitud y ruina que ya estamos palpando. Ahora le suman el odio cultivado hace tiempo por su lucha de clases.
El pasado de hace casi cien años es el pretexto para lo que buscan: conquistar el futuro. Se esconderán denunciando retaguardias por las que todos estamos muy dolidos, ignorando que las hubo en toda España y con más dureza que en el Norte. Otra cosa es que se deba poner en entredicho que fuesen como ellos creen. Les aconsejamos no escudarse en el sufrimiento ajeno de hace casi un siglo, y no ignorar que todos sufrieron. Dejen en paz a los muertos y no los utilicen dialécticamente. Quizás ellos quisieran que nos enredásemos en el dolor, para ahondar ellos más la lucha, pero no lo haremos.
Sepan que el monumento de Navarra lo es al sacrificio de unas extendidas y lejanas vanguardias que nada tuvieron que ver con retaguardia alguna, y sí con evitar que España cayese -y además de aquella manera- en manos el comunismo estalinista. No ver todo esto, es estar ciegos.
Si quieren enredarnos con su tergiversación de la historia, para que acochinando con el miedo no hablemos de las verdades y no les aclaremos sus ignorancias, pinchan en hueso duro. Su historicismo contemplará a Stalin satisfecho de su labor, y esconderá el burdo y contra cultural talibanismo que esgrimen. También pinchan en hueso si quieren enredarnos con sus tesis para que tampoco hablemos de lo que se debiera hablar, esto es, de la belleza y calidad artística del edificio del monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada -no los Caídos- y su entorno.
Todo visitante aprecia que el edificio es arte y urbanismo a cuidar, y todo navarro sabe que éste representa el respeto debido a la Diputación Foral de Navarra, apoyada por la generalidad de los navarros de entonces, amén de los derechos adquiridos por los pamploneses del ensanche y otras razones que también se pueden esgrimir.
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