Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

domingo, 10 de septiembre de 2023

La indecencia de Sánchez, ¿está dentro del sistema, Sr. Feijóo?

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De nuevo volvemos con política. Lo hacemos en torno a un hecho, una concentración política en la calle.

HOY DOMINGO ha tenido lugar una concentración, convocada anónimamente por teléfono móvil, enfrente del Ayuntamiento de Pamplona, a las 12 del mediodía. 

Unos y otros de los presentes decían "qué mal está todo". El comentario es grave. Ante tal, ¿qué hacer? Pues lo que ellos han hecho rompiendo al fin su costumbre. Allí donde haya una llama, ahí hay que estar. Aunque nos duela el cuerpo. Hay hijos de carlistas que ya no lo entienden, ya fruto de sus pasadas y comprensibles tristezas, ya porque buscan lo cómodo, incluso las catacumbas o el retiro del mundo. Pues no. También es cierto que muchos que querrían haber acudido, no se han enterado.

¿Qué se ha dicho en la calle? Lindezas como: "Sánchez, golpista", "Puigdemont a prisión", "Sánchez, traidor". Se han coreado otros lemas más genéricos, pero más bellos: "España, unida, jamás será vencida". ¿Y qué banderas han salido hoy?: la bandera roja y gualda y la de Navarra. Alguien llevaba la Cruz de Borgoña para el caso de ser aquellas más abundantes. 

Si no se entiende que debemos manifestarnos en la calle, vamos a hacer que se entienda y a animar para la siguiente vez. Uno que no suele acudir a estas citas, pero que cuando acude es entusiasta, me ha escrito: cuatro gatos a la sombra, sin organización y sin prensa. Bueno, bueno: esto no anima a seguir. Con o sin razón, estas críticas son corrosivas. Pero ocurre que se pueden responder. 

Me explico. No estaban cuatro gatos, sino más de dos centenares -según la imagen-, con la limitación de la forma de convocatoria, la precipitación y del día. Más podían haber sido. Que haya gente "de orden" que haga esto en 2o30 no está mal. He visto a carlistas entre ellos. Esto me recuerda aquello de no apagar el pábilo que aún humea ni romper la caña quebrada por el viento. Esta desorganización es lo mejor, es garantía que nadie fagocita lo hecho, que no hay sociedades secretas al amparo de las necesidades reales, y es lo propio del español. Incluso, cuando un guardia urbano nos pidió que acabásemos porque sin duda no se había "comunicado el acto a la Delegación", fue sobre-elevado con el grito "libertad, libertad"...  Puede estar la prensa sin super-cámaras. Si la hay, no pasa nada, y si no la hay, mejor, porque como siempre nos pondrá verdes "Diario de Noticias" y quizás "Diario de Navarra". Cada cuál que responda por sí, que haga lo que debe, que se vaya uniendo a otros y persevere. Si hay que provocar un incendio, juntemos chispas. Y si no hay muchas no por eso se apagan.  Más aún, salir a la calle es la forma de tener ayuda cuando se necesite, que no se nos ponga entre las cuerdas, que haya un punto de referencia. Es la minoría selecta que debe crear la costumbre de salir a la calle, y con ella será más fácil hacerlo cada vez incluso cuando nos quieran llevar a las catacumbas.

El motivo de la concentración ha sido doble. En primer lugar, en contra de la amnistía a favor de los separatistas catalanes-anticatalanes del golpe de Estado que quedan, y que proyecta Pedro Sánchez, por otra parte siendo presidente en funciones con escasa capacidad de mando. 

Añadamos que utilizar los medios del Estado para acceder al poder, se llama prevaricación. Es una petición a principio tras las elecciones que se llama golpe de Estado. Así pues, es comprensible que los golpistas amnistíen a otros golpistas para favorecerse todos ellos. Establecido y prolongándose, se establece la dictadura, en este caso bananera, totalitaria, marxista, con aquiescencia de los liberales amigos del sistema. Pero ¿de qué sistema? ¿de esta democracia -que finalmente en España no hay otra-?Hay algo que me inquieta mucho: ¿es que los liberales harían lo mismo?

El segundo motivo es por los pactos que el mismo Pedro Sánchez está realizando con los enemigos de España para así asegurar su investidura como presidente de Gobierno. 

Me explico: pierde las elecciones, queda el segundo, y se cuela a codazos al primero (el sr. Feijóo) mediante pactos con separatistas, golpistas, comunistas y amigos de ETA. ¿España contra España?: eso no puede ser, salvo en una España corroída por la corrupción y la mordida política. En fin, el presidente de Gobierno en funciones y aspirante al Gobierno de España, y la vicepresidente comunista Yoli, actúan contra España, directamente y a la luz del día. Golpistas. Ni Carrillo en sus mejores tiempos. También se utilizan los resortes del Estado para hacer política paniaguada regalando dinero, lo que se considera prevaricación

Así pues, el sistema liberal nos ha conducido a la pérdida de España, a su entrega y venta... porque antes cayó en la apostasía políticamente. El sistema liberal siempre lo hizo y lo hace de nuevo. Desgraciadamente los carlistas teníamos razón y la volvemos a tener. El sistema liberal del emérito, de Sr. Suárez, de mons. Tarancón... que hicieron caso a poderes mundialistas, nos ha conducido a la dictadura más o menos encubierta y, además, de ésta gente. Una dictadura de gente egoísta, no preparada, advenediza, incapaz, que reparte a espuertas el dinero fruto del esfuerzo de los españoles y que está al servicio del guiñol extranjero más o menos oculto. Con el sistema se nos pone la soga en el cuello y sonreímos porque, por lo visto, "estamos en democracia". Un pueblo como el español, que renegó de Dios políticamente en 1978, merece ser gobernado por los que lo gobiernan, esto es, por un lado por gente sin sal, y, por otro, el Sr. Sánchez, las yolandísima, Montero y Belarra, el Bolas y tantos otros de triste expresión etc.

Ellos se vestirán de democracia, como lo hacen a todas horas, aún sin saber qué es la democracia, la honradez, ni la decencia. Dime de qué presumes y te diré qué careces. Llamarán con el simple apelativo de fascistas a los que denuncien su sinvergonzonería, su dictadura, lo que es propio de todas las democracias populares: la URSS, China comunista, Cuba, Nicaragua, Venezuela etc. etc. Y ese apelativo no se lo cree ya nadie: sólo el que quiere creérselo, es decir, los acomplejados, la gente débil y los que tienen el cerebro lavado. Vaya tropa. 

Tomado de la Red, "20minutos"

Lo peor es que el sistema no hace crack, que todos -incluso su jefe de Estado y los amos mundialistas- lo mantienen, y que el Liberalismo nos ha traído el social-comunismo, y la ruptura de España. Expulsando a Dios y caídos nosotros en la inmoralidad, se tendrá que juntar la gente decente que aún queda. Que no son pocos. 

Lo peor es que el Sr. Feijóo dice que estamos en democracia, y que lo que hace Pedro Sánchez, que él dice no compartir y que es ilegal, está dentro del sistema. Que le llame "golpista" como se le ha llamado en la plaza consistorial de Pamplona, y le  creeremos algo. 

Insistamos. El Liberalismo nos ha ido poniendo la soga al cuello con su "no hacer" en la calle, y ahora se ve necesario "salir". El "laisser faire, laisser passer" es cómodo pero pervero, porque el Derecho debe defenderse con decisión y energía. Afortunadamente, los carlistas siempre hemos estado en la calle y plazas con el "A Dios rogando y con el mazo dando" (se entiende). Y seguimos. Tenemos que volver a cargarnos de razón frente al Liberalismo desastrado y paralizador, que busca un acercamiento y hasta besar al socialismo sanchista considerando que es socialdemocracia. Tales liberales van de intelectuales y universitarios, manifiestan poca luz política, son oportunistas y sobre todo buscan quedar bien y que se les deje en paz. ¿Jugar y redimir al enemigo, y a éste enemigo, para poder pactar con él? Decimos bien: este juego no tiene futuro. ¿No se dan cuenta que el socialismo sólo cambia de careta? Si, como el Liberalismo pero con alguna mayor habilidad. 


Los carlistas queremos, como la sociedad en general, que la ciudadanía despierte del sopor y del "nada se puede hacer". Que se fortalezcan las asociaciones naturales y se les respete. Que se cumpla el principio de subsidiariedad de siempre. Que las asociaciones aprendan a exigir con personalidad. Que la representación social sea auténtica. Que se cumplan las leyes contra la traición, los golpes de Estado y la prevaricación. Que se acabe la sinvergonzonería política. Que el Gobierno defienda España en su unidad y como nación. Que la sociedad advierta que Feijóo no es solución. Son palabras mayores, pero hay que hacer ver la necesidad de otro sistema haciéndolo acorde a la sociedad, el sentido común y el derecho. 

J.F.G.


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