Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

martes, 28 de septiembre de 2021

Segunda edición: Mártires del terrorismo

 Presentación de un libro


PAMPLONA ha sido el lugar privilegiado donde se ha presentado la 2ª edición del libro de IBAÑEZ, Víctor Javier, Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo, Navarra, Ed. Auzolan, 2ª ed., 2017, 227 pp.

* * *

Vayan primero las palabras del presentador. Agotada la primera edición, esta meritoria SEGUNDA EDICIÓN aumenta los contenidos, mediante corrección y sobre todo ampliación, de las también 227 páginas de la edición primera. La segunda edición es más elegante, pues la letra es algo menor, el papel ha mejorado y da menos grosor al libro, y las cubiertas tienen una mayor calidad.

Damos nuestra enhorabuena al autor y a la editorial Auzolan.

De formación universitaria, especializado en Derecho Marítimo y funcionario de carrera, el autor ha investigado con rigor un tema muy actual: la resistencia olvidada de los tradicionalistas o carlistas, mártires del terrorismo de ETA. Ya la primera edición recibió amplios y favorables comentarios del historiador Andrés Gambra, del sociólogo Javier Barraycoa, de Andrés Valencia,  Vaquero Oroquieta y Garralda, entre otros. El autor ha sido entrevistado varias veces por el periodista Javier Navascués (2021), recientemente ha impartido una conferencia titulada "Terrorismo de ETA: la venganza del gudari", en el VII Congreso de la catalanidad hispánica, y ha ofrecido decenas de charlas de historia del Carlismo.

Interesados en este triste y gravísimo tema, han querido presentar esta segunda edición, ampliada, en Pamplona.  La primera edición fue presentada en esta misma ciudad el 22-XI-2017, en el marco de la cena-tertulia "Diálogos en Pamplona".


Creemos que el autor ha acertado en el tema. Señalamos varias razones:

1ª Hoy día, ETA, su entorno y no pocos políticos, quieren blanquear el terrorismo en democracia, que ha causado casi mil víctimas mortales, entre otros muchísimos males.

El terrorismo ha marcado una generación. Aún es difícil manifestarse contra él  públicamente para "no señalarse", y muchas  veces hay que actuar  como en  catacumbas. Dicen que “hay que olvidar”… lo que es tan reciente, “No, no te señales…” Pues bien, ocurre que miles de familias fueron devastadas, se refugiaron en el resto de España, y otras fueron aterrorizadas, salvo sus cómplices muchas veces situados donde ejercer influencia social por pequeña que fuese.  La calumnia acompañó no pocos comentarios: "- Algo habrá hecho", "-Era traficante de droga...". La mentira, si es la mayor y está dicha con la  mucha "convicción", inicialmente cala por la natural buena fe del receptor.

Una manera de llevar a cabo el blanqueo, es olvidar el tema del terrorismo etarra, dar carpetazo polarizándose en la edición de algunos pocos libros -aunque gruesos y de peso- y letreros en las calles, olvidarse de los más de 300 asesinatos sin juzgar, y sobre todo, desde las posiciones del entorno terrorista, echar cieno sobre los que consideran sus enemigos, hablando unilateralmente –y otra cosa es el cómo-  de un pasado remoto de hace 85 años.

2ª El libro trata sobre las víctimas más olvidadas, los tradicionalistas-carlistas. La prensa que las reconocía como tales fue por entonces muy escasa y hoy es inexistente: "El Pensamiento Navarro", "La Gaceta del Norte", "Soria, hogar y pueblo", "El Alcázar" etc. Estamos ante una resistencia familiar y sociopolítica de un parte de la sociedad, cuyas motivaciones fueron soslayadas  por la partitocracia, y es hora de hablar de ellas en voz alta. Como las víctimas de las que trata el libro fueron presentadas a retazos, omitiendo lo que pensaban y luego se olvidaron de ellas, exigían una historia sistematizada a la cual da respuesta en este libro. De ahí nuestro agradecimiento a don Víctor Ibáñez. Más aún: fueron víctimas de sangre, después de ser víctimas en la vida ordinaria, como sus parientes y amigos.

3º Es un libro que parte de la historia reciente y de sus intríngulis ignorados y mal conocidos relativos al Carlismo, pero, al analizar los hechos de 50 años hacia acá -ese es el límite de lo que se considera historia o actualidad debido a las fuentes-, el libro se transforma en una interesante y dolorosísima narración de periodismo y actualidad.

4º Este libro dice lo que casi todos los periódicos callaban sistemáticamente: demuestra  que los asesinados no murieron por la Constitución de 1978, ni por la democracia liberal-socialista, sino por lo que ellos vivían, creían, y por todo aquello que reconstruyó la sociedad española. Eran los ideales de siempre, arraigados en los pueblos de España, sin polarizarse en época alguna, pueblos varios en su unidad y portadores de paz y progreso. Aún no está todo dicho, por lo que -saboreando antes la segunda edición- ya vendrá la tercera.


A su vez, se trata de un libro muy difícil de escribir porque logra:

1º La medida entre el detalle y el no angustiar al lector ante la gravedad del tema, y la medida también entre una adecuada visión global y la necesaria economía de medios en la exposición.

Valentía, pues el libro no tiene el respaldo del Gobierno de Navarra como afortunadamente tuvieron los voluminosos libros de Javier Marrodán Ciordia y otros, Relatos de plomo. Historia del terrorismo en Navarra (3 vols.). Además, ya sabemos quién gobierna hoy día en el viejo Reyno: la coalición entre socialistas, comunistas y separatistas, muchos de ellos amigos de los etarras.

3º Es un libro arriesgado porque trata de los asesinados, pero también de los vivos, pues en primer lugar hay que contar con las familias de aquellos.

4º El libro es único en su perspectiva de centrarse en contar el asesinato de tradicionalistas o carlistas por la banda terrorista ETA.

5º También es casi único en relación con el terrorismo, pues en este tema el miedo continúa y los tabúes se han consolidado: este es el precio para que los amigos de ETA estén en las instituciones políticas y, al parecer, para que ETA deje de asesinar. Ediciones Gobierno de Navarra y antes DYRSA, publicaron sus gruesos libros, pero desde luego no está todo dicho.

5º En nuestros días ya no es fácil que se haga justicia por tales hechos recientes y en democracia, pues existen muchos delitos pendientes de juicio y cosas que, al parecer, nunca se sabrán toda vez que se tapan para –al parecer ingenuamente- terminar con todo de una vez por todas.

* * *

Pasemos a la exposición del autor. La brevedad con la que recogemos su aportación, es por decoro y para incitar a leer la segunda edición de un libro que el mismo lector debe desvelar. En su intervención, el autor hizo una interesantísima exposición sobre el tema, y explicó qué le llevó a escribir el libro.

Asimismo, identificó las fuentes utilizadas, muchas veces omitidas por otros autores. La labor documental de la primera edición se ha completado con testimonios orales, contrastados y solventes que desde luego no están en otros libros. Por otra parte, en su primera edición, el libro recogía numerosas citas de la prensa convencional, por ejemplo de diarios como “El País” y otros, para que, aunque todos los diarios trataban el tema con gran dolor, ningún lector piense que se hace apología.

Víctor Ibáñez recordó el significado del asesinato inherente a la propia víctima, a sus familiares y la comunidad que compartía sus propios ideales, significado que, al informar la prensa del asesinato, fue soslayado –por simplificar y con injusticia- y ha quedado ignorado en la memoria de la sociedad. Es muy cierto que ETA no sólo fue contra ellos, pero también lo es que sus ideas y significación fue más que suficiente para ser asesinados. Más todavía, según el autor, se conoce cómo eran los asesinados, sus vidas, su pensamiento y sentimientos, sus actos, lo que echa por tierra la canallada de identificarlos como enemigos del pueblo vasco. Muchos de ellos eran vascos y de los buenos –quizás los mejores-. La ETA fue sobre todo marxista, utilizó e instrumentaliza lo vasco, y de ello se aprovecharon hasta hoy los separatistas aburguesados. Allá unos y otros, y mal para los demás, que no para las víctimas y sus familias.

Ya se ha dicho que los tabúes permanecen en el ambiente, y que hay una expresión que aún sangra: "algo habrá hecho". Nunca los tradicionalistas o carlistas han ejercido de plañideras, y menos han sido victimistas, ni han utilizado políticamente el sufrimiento propio o de otros, a diferencia de quienes se han aprovechado del terrorismo esperando ver caer las  nueces del árbol. Tampoco se han callado y olvidado de sus muertos, en este caso los asesinados por los terroristas.

El autor también hizo presente que el Carlismo es el grupo político que más asesinados ha sufrido en plena democracia, aunque en no pocos lugares sea una democracia aterrorizada por los asesinos y, hoy, por el miedo heredado y renovado de muchas maneras. Varios de los asesinados pertenecían a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, y, en relación con su número de asociados, representan un altísimo porcentaje.

Esta segunda edición se ha impreso en unos talleres gráficos navarros.

* * *

Para terminar, como presentador añadamos a posteriori que lo más violento y triste es que, quienes aplauden a los terroristas y siguen sin condenar el terrorismo, hoy tengan carta de ciudadanía, y hasta ocupen desde sencillos hasta importantísimos cargos públicos. Para colmo,  recientemente arremeten -junto con sus protectores socialistas- contra gente ya muerta en una cruenta guerra civil, mantenida entre dos bandos, perteneciente a un pasado lejano y con la distancia de 85 años. Decir esto último, no supone  -insistimos- ni justificar antiguos males objetivos y reprochables que tanto dolor dejaron,  ni entrar al trapo de los agitadores, ni tampoco recordar los reprobables comportamientos de los llamados frentepopulistas en un pasado lejano, cuyas páginas ya son afortunadamente historia. Utilizar el dolor ajeno de entonces, las tergiversaciones y caer en el presentismo, es una triste manera de desviar el foco de atención del presente.

Recuérdese las palabras de Azaña –claro que no era marxista ni separatista- implorando paz y perdón. La memoria histórica, entendida como algunos la entienden, es muy reciente y sirve como arma arrojadiza, lo que indica que el actual relato del marxismo-separatista tiene mucho de montaje ideológico, de ocasión política, y una clara intencionalidad de blanquear el terrorismo de nuestros días en democracia. Como este último es muy reciente y todas las partes implicadas viven hoy, el libro que comentamos es muy oportuno y necesario.


Por lo que fueron y defendían, y por lo que ellos subjetivamente dieron su vida, los tradicionalistas o carlistas asesinados son mártires. Son los nuevos mártires de la tradición en plena democracia aterrorizada.

R. de A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario