Adjuntamos comunicado oficial de la Comunión
Tradicionalista Carlista en el que se explica la postura ante las elecciones
expuesta en la rueda de prensa que ha tenido lugar en la mañana de hoy 25 de
abril en Madrid.
Declaración de la Comunión Tradicionalista
Carlista
ante el período electoral de 2019
En estas fechas, a tres días de unas elecciones
generales, y con otra oleada de elecciones municipales, regionales
y europeas en ciernes, está todo el mundo político en tensión y
sobreactuando en unos casos, o sufriendo más de la cuenta en otros. La Comunión
Tradicionalista Carlista, como movimiento político de larga
experiencia y de principios bien conocidos, quiere levantar una voz tranquila,
realista y de confianza en la Providencia haciendo las siguientes
consideraciones:
1. Los males de España
Los males que sufre nuestra Patria son muy
considerables. La situación política, social y espiritual de España es
desastrosa.Todos los indicadores sociológicos muestran una pérdida de fe,
una crisis tremenda de la familia, una desunión creciente entre los
españoles... Las ideologías -cada vez más enloquecidas- contaminan cualquier
discurso político. Los gobernantes acaparan para sus partidos la soberanía que
roban a la sociedad, a las familias. La despoblación no es sólo rural, cada vez
hay más aborto, menos familias numerosas, más gente que vive sola...
2. El fraude partitocrático
Este desastre no se va a solucionar con unas
elecciones. Es precisa una política de plazo largo para reconstruir una
sociedad viva. El sistema partitocrático, que nos ofrece las
migajas de un voto cada cuatro años (un día de votaciones frente a
1.460 días en los que no se permite votar), hace y deshace sin dar cuenta
mas que a los mismos partidos del sistema y, lo que es peor, a los verdaderos
poderes en la sombra que muchas veces corresponden a intereses extranjeros. Las
elecciones no son libres, no tiene sentido hablar de voto meditado y
libre cuando el sentimiento que predomina es el del miedo a que ganen
"los otros", el malminorismo, el voto útil. o, simplemente, ese
sentimiento tan humano que lleva a la gente a apostar por el caballo ganador
que suele ser, normalmente, el que más dinero invierte en publicidad.
3. La confianza en la Divina Providencia
Por eso, desde nuestro punto de vista de creyentes, de
católicos, afirmamos que esto no se va a arreglar sino cuando Dios
quiera, como Dios quiera y cuando Dios quiera. Los carlistas nos
dirigimos siempre a todos los Españoles, pero somos conscientes de que
solamente un pequeño número de ellos nos van a entender. Solamente un
pequeño número de españoles entienden la importancia que tienen cosas como la
celebración, el próximo 30 de junio, del centenario de la Consagración
de España al Corazón de Jesús.
4. Hacer política sin campañas electorales
Ahora bien, los carlistas somos espirituales pero no
espiritualistas ni quietistas. A Dios rogando y con el mazo dando. Por
eso el llamamiento que hoy hacemos -llamamiento político- es a la construcción
de núcleos de resistencia y reconquista. Que sean capaces ahora de resistir las
leyes injustas y cualquier tiranía y, al mismo tiempo, que se ofrezcan como
instrumentos para esa auténtica Reconquista que vendrá cuando Dios
quiera.
5. Los falsos remedios y las emociones equivocadas
Respecto a las candidaturas electorales presentadas en
este momento queremos decir que respetamos a quienes todavía creen que
es posible intentar algo por la vía electoral. Hacemos nuestros sus éxitos y
nos alegraremos con ellos en caso de que obtengan buenos resultados. Pero
exigimos que no se nos trate de vender como un remedio milagroso lo que no es
mas que una terapia paliativa. No servirá de nada atajar los males de
España con "medicinas" que están contaminadas por los mismos gérmenes
que nos han dejado como estamos ahora. No tiene sentido, por ejemplo, rechazar
el separatismo con la constitución del 78 en la mano; no tiene sentido
denunciar la crisis de la familia manteniendo una ideología liberal
individualista; no tiene sentido quejarse del estatalismo cuando se rechaza el
regionalismo tradicional o el municipalismo y se apuesta por una centralización
afrancesada; no tiene sentido en fin lamentar la cristofobia o defender las
raíces católicas de España y hacerlo desde una posición de aconfesionalidad. Comprendemos
a los que van a ir a votar con cierta ilusión pensando que hay una
posibilidad de romper con lo políticamente correcto. Pero pedimos que
nadie se emocione. Nuestra experiencia como movimiento político es muy
larga y hemos visto esas mismas ilusiones en otras ocasiones. Al final la
desilusión posterior es siempre inevitable. No necesariamente porque sean malas
personas las que lo intentan, sino porque han entrado a jugar con las reglas
del juego del sistema, unas reglas que únicamente permiten frenar algunas
consecuencias pero que impiden el cambio de rumbo que España necesita.
6. El Carlismo y el ser de España
Por tanto, que sepan los Españoles que pase lo
que pase, aquí está la Comunión Tradicionalista Carlista, que hoy por hoy,
a pesar de su debilidad o sus carencias económicas o mediáticas se
mantiene firme, y que está alentando a la construcción de núcleos
sociales vivos que, cuando Dios quiera, vuelvan a hacer que España y toda la
Hispanidad sean, simplemente, ellas mismas.
Madrid, Jueves, 25 de abril de 2019
Javier Garisoain Otero
Presidente
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