MIENTRAS en Pamplona nos preparamos para las fiestas de San Fermín, no podemos sino recordar con un profundo dolor y amargura vital, la despenalización del aborto con el PSOE en 1985 -ya abrió la veda un indigno ministro del sinuoso Sr. Suárez, UCD-, luego su legalización de hecho, y después el convertir en"derecho" el horrendo crimen del aborto. De lo contrario, sería absurdo que se cometiesen abortos en las clínicas de la Seguridad Social.
Nuestra sociedad ha ido perdiendo la sensibilidad ante la barbariedad mayor del siglo XX y XXI, como es tal crimen -interrupción del embarazo según eufemismos ad hoc-, lo que choca frontalmente con la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús.
Echamos en falta en las palabras del cardenal Osoro en el Cerro de los Ángeles del pasado dia 30 de junio, una mención específica y firme sobre el aborto, como voz profética, e impulsar a los fieles a la acción. Sus palabras genéricas sobre el Amor de Cristo -que estuvieron per se muy bien- adolecían de abordar por Amor los graves problemas del presente, con nombres y apellidos. ¿El tiempo de los profetas ha pasado? ¿ y el de los pastores firmes y beligerantes por el bien?
Los cristianos no podemos estar dormidos ante esta tragedia. Los ciudadanos de bien tampoco por motivos de el derecho natural más básico.
Por eso, para que no prescriba el derecho positivo civil del más indefenso e inocente, para "decir algo" mientras todos callan.
Vocalía de Vida y Familia
CTC de Navarra
No hay comentarios:
Publicar un comentario