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Aquí no sobra nadie, ni los que vivimos, ni los que no dejan vivir a los demás.
Lo peor y más miserable, es arremeter contra el concebido y aún no nacido, y también lo más contraditorio, porque quien arremete, ese mismo ya vive.
El personal sanitario que se presta a tal horror de matar la vida de otro, es un mero sicario. Esto es como el tema de la eutanasia: quienes la proponen, hacen la ley y defienden... que se eutansien ellos primero.
En esta sociedad desquiciada por los pésimos políticos y por los montones de dinero invertidos para deshacernos, hay que mostrar públicamente el bien.
Vocalía de Vida y familia
CTC de Navarra
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