POR QUINTO DÍA de protesta, el Paseo Sarasate de Pamplona ha sufrido la presión de la cacerolada popular.
Levantándose del lamento hundido de sofá, jóvenes y mayores han salido a la calle para clamar justicia y exigir responsabilidades.
A ver si mañana son más los que se levantan por la cuenta que les trae, y otros dejan los juegos electrónicos al menos un rato.
La realidad es tan cruda que no abordarla hará que merezcamos, los perezosos, conservadores y miedicas, el desgobierno y el abuso de la sinrazón y de los inútiles.
Mañana, ¿coincidirán de nuevo a las nueve de la tarde, hora del cumplimiento o fin del día?
R.deA.
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