Crónica
SE ha exhibido, sin novedad, la pancarta "Aborto NO. Dios ama al embrión", enfrente del Parlamento de Navarra. Numerosas personas han leído la pancarta, que es lo que realmente interesa.
Hemos echado en falta a familias, que no han asistido con sus hijos pequeños debido a la hora: de 8 a 8:30 de la noche.
Salvo un joven que ha dicho algo de baja intensidad en contra y por los bajines, para que le oyese el del extremo de la pancarta, nadie ha hecho gesto alguno en medio de un ambiente de expectación. En este caso no se han advertido gestos en contra ni a favor. Era evidente que muchos se han fijado en el mensaje. Un grupo de muchachos que pasaban por delante se ha hecho cargo de él, pues a lo lejos se les oía repetirlo con respeto. Y eso nos ha alegrado mucho.
Estamos ahí todos los 25 de cada mes, y hoy el 28 por el ser día de los Santos Inocentes. ¿Quien más inocente que aquel que no tiene voz porque no se le deja nacer? ¡Y que el poder civil dé medios para asesinar, y lo hagan personas que se precian de médicos y enfermeras...! Si las madres, muchas tan engañadas, viesen qué pulgarcito llevan en su vientre, se mostrarían horrorizadas ante lo que les proponen.
No queremos en nuestra sociedad ni ignorancias ni silencios, ni leyes corruptoras ni complicidades ante ellas, ni pasotismo -este es la gran responsabilidad de los "buenos"-, ni negocios mafiosos -el aborto es un tremendo negocio-, ni partidos políticos cómplices -formales o materiales- o autores del mal.
Se ha sembrado corrupción en nuestra sociedad. Se ha sembrado desde arriba pero por dejación de los de abajo. Pues bien, sólo el Niño Dios puede ponerle freno y hacer que desaparezca cualquier tipo corrupción sobre este gran tema, venga de donde viniere. Todo lo demás, como el culto a la bondad natural y la confianza en los de "arriba", está de capa caída. Estos nos perjudicaron mucho y no esperamos nada de ellos.
Pues a seguir con entusiasmo.
F. de M.
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