La convocatoria
Todos los que vivimos en Pamplona recordamos aquel día. El hecho nos tomó por sorpresa. Un hijo del asesinado había sido compañero nuestro en los PP. Jesuitas. El finado tuvo un funeral en el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, encargado por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz. Fue multitudinario. Muchos, muchísimos le querían.
El general de la Guardia Civil Juan Atarés Peña, fue asesinado el 23-XII-1985, víspera de Nochebuena. Era la quinta vez que la banda terrorista ETA intentaba asesinarle. A pesar de dichos intentos, el general se negó a llevar escolta.
Era natural de Huesca, casado con María Luisa Ayuso, tenía ocho hijos.
IBAÑEZ, Víctor Javier, Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo, Auzolán, 2017, 227 pp., pág. 152-157
La Redacción
El homenaje navideño
Hacer un homenaje en estas fechas es una realidad muy triste, pero hay que hacerlo.
A la concentración ha asistido un nutrido grupo de personas entorno a la bandera de España y de Navarra en el lugar donde cayó asesinado el general don Juan Atarés. Muchos se han quedado sin saber de la existencia de este homenaje y por eso no han acudido. Lo de menos es que fuese de noche e hiciese frío.
Se ha rezado un responso, destacando el pater la gran importancia que adquiere el que tengamos fe en el Niño Dios, que nace en un portal.
Sí, a la luz de la fe cristiana la realidad se presenta de otra manera, aunque haga mucho frío,el alma se hiele y especialmente estos días renueven el sufrimiento. La realidad se aprecia de otra manera porque el Niño Jesús vino a recordar que la vida no se acaba aquí, a dar ejemplo de vida y a transformar todo en su Santa Cruz. Fíjense que hablamos de la Cruz redentora en las Navidades de 2019 que es lo propio de Semana Santa. No hablamos de turrón y mazapán, ni de sidra o chacolí, ni de peñas y rondas.
No odiamos porque creemos en la Cruz de Nuestro Señor y en la vida eterna, además del amor a la Patria España -envuelto en el cuarto mandamiento de la Ley de Dios del que ya no se habla- a la que todos los asesinados sirvieron con su vida hasta el límite. Las familias cristianas no pueden odiar. Esto hoy día parece a algunos incomprensible, pero así es. La fuerza no viene de los hombres, ni de la historia, sino de Dios que es el Señor de la Historia. Por eso la viuda de Atarés perdonó desde el momento que vió a su esposo yacente y ensangrentado. Todo un ejemplo que nunca se agradece bastante hasta que se aprecia "desde dentro" del que sufre.
Se ha cantado a la Virgen rociera. Se ha cantado a Nuestra Señora. El violín ha acompañado nuestra profunda tristeza cuando se leían los nombres de los asesinados por la banda terrorista ETA en Navarra, asesinados por odio a España y a todo lo que no sea "en lucha", y cuando se colocaban simbólicamente las correspondientes velas en el frío suelo.
ETA sobre todo ha sido y es marxista -como buen marxista ahí opta por el separatismo-, y ha creado figurativamente la "lucha de naciones y de pueblos" que ha venido muy bien a los burguesitos aranistas que sacuden las nueces del nogal. Allá ellos y su conciencia.
Ahora la guerra terrorista se ha transformado en una guerra política, y para lograrlo ciertos políticos constitucionalistas han cedido tantísimo a ETA. Primero fue lo que nadie sabe y nunca nos lo dirán. Ayer fueron cuatripartitos. Hoy, el Gobierno del PSN depende de EH Bildu, y el del PSOE de los enemigos del España. Por eso se hace necesario clamar a Dios Jaungoikoa: "Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia", porque las instituciones del sistema político actual se han tragado todo y nos han dejado abandonados.
Afortunadamente creemos en el Niño Jesús y en la mucha gente buena y coherente que hay en nuestra sociedad. A Él clamamos, a ella apelamos, recurrimos a las familias y a la objeción de conciencia.
F. de M.
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