Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

viernes, 12 de febrero de 2016

¿Vds. merecen esto? Creo que no. Los carlistas se lo avisaron

NOTICIA

UN GRAN RETO: POR UNA REPRESENTACIÓN VERDADERA 
Y NO PARTITOCRÁTICA

EL NUEVO DESENCUENTRO entre Rajoy y Sánchez en el Congreso de los Diputados ha sido tal que, Rajoy, se ha negado a estrechar la mano de su contrincante. Razones tendrá el primero desde el famoso y triste debate electoral en TV1, en el que Sánchez espetó y agredió una y otra vez a Rajoy diciéndole: "Vd. no es decente". Como si en el PSOE no hubiese cuantiosos casos de corrupción y escándalo casi universal.

Si la corrupción es sobre todo de la persona que cae en ella, los políticos tienen su responsabilidad por no cortar por lo sano a los trepas y la corrupción en sus partidos, por convertirse en partitocracia, por aceptar tantísimo poder político, y por atribuirse la elección de un sinfín de nombramientos discrecionales para altos puestos. El sistema estatista e irresponsable actual favorece expresamente la corrupción. 

Sí; ambos partidos -PSOE, PP- y otros - Pujol junior...- tienen corrupción a raudales. También es cierto que, en eso de estrechar la mano, lo cortés no quita lo valiente. 
Mariano Rajoy, presidente de Gobierno en funciones,  y Pedro Sánchez. Foto: Red
España y los españoles no se merecen este espectáculo en la imagen. Este es el espectáculo que ofrecen los políticos a los que se les llena la boca de la palabra "pueblo"-es sólo una palabra, ¿eh?-. Esto es culpa de dos. Dentro del sistema, este desencuentro está muy mal visto, pero se ha repetido con guante blanco todos los días desde que hace décadas empezó el falso sistema representativo. Luego no nos quejemos de que el simplón y demagogo Iglesias se lleve a la gente de calle. 

Económicamente, este desencuentro Rajoy-Sánchez perjudica la esperanza que los economistas han puesto en España. Para lograr que salgamos de la crisis defienden un gran pacto -imposible por varios motivos- entre PP, PSOE, y Ciudadanos (Juergen Donges, 4-II-2016). pues bien, a este paso, lo conseguido en la economía con  mil esfuerzos del sufrido pueblo, se tirará por la borda y vendrán problemas gravísimos. Así que estamos avisados de las consecuencias que ha traído la partitocracia y de lo que se nos viene encima. 

Vendrá lo de Grecia pero a lo grande, y España pasará a ser una simple colonia de otros. Vendrá la protesta, y no sabrán contra quién: ¿contra los que ellos mismos encumbraron en  las elecciones? No, que el "pueblo" (que no es tal si resulta manipulado) nunca se equivoca. Al no saber contra quién, los habrá que arremeterán, desesperados, contra el débil, en este caso la Iglesia de la que formamos parte todos los católicos. La demagogia se ensañará con la Iglesia acusándole de lo que precisamente tienen que responder los políticos sin excepción. 

¿Veremos un gigante que es España, colonizado por fuera y destrozado por dentro?

Todos vemos que los políticos -cargados de personalismo- anteponen su persona y su partido al bien común. Ya nadie sabe qué es eso del Bien Común. Los periodistas independientes están viendo más que los políticos, pues dicen que los partidos políticos son máquinas de poder, y,  diciéndolo, tienen razón. Dicen que la política está muy enferma, y vuelven a tener razón por lo mismo que nosotros añadimos que está hasta podrida. Dicen que aquí nadie dimite, aunque la concejala de cultura -es un ejemplo- del Ayuntamiento de Madrid -de Podemos- caiga en un continuo despropósito: el tema de los titiriteros, la memoria histórica y el callejero, la cabalgata de SS.MM. los Reyes Magos...

Pero no vamos a repetir lo que otros dicen. Ya lo sabíamos y las soluciones se plantean en nuestro Programa carlista. Mejor sería a los periodistas haberlo dicho mucho antes, pues ahora es muy tarde. Mejor sería también que se acertase en detectar las causas de nuestros males, sin que sea aceptable poner tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias. ¡Cuántos critican todo, cuántos son vagos y nada hacen, y cuántos no si plantean ir a las causas de nuestros males! Claro, claro... es que ya ellos forman parte de dichas causas. 

Los carlistas, que tenemos mucha memoria histórica y saber político acumulado, siempre -desde 1940- hemos denunciado la partitocracia (un partido o muchos), la falsa representación (inorgánica o la orgánica intervenida), la carencia de resortes de control en el sistema, el individualismo y totalitarismo electoral, la falta de instituciones sociales, el excesivo poder de la administración pública y el Estado, la facilidad del sistema liberal para la corrupción, el materialismo imperante, el mal ejemplo social que dan las élites muchas de ellas corruptas... Una y otra vez hemos anunciado y planteado con contundencia la alternativa a una crisis que se ha ido gestando poco a poco para estallar hoy.

Cada día es mayor el abismo que separa la España oficial de la España real. Esto nos preocupa mucho porque ahora se han lanzado unos y otros a pensar en una segunda transición (ruptura), ¿hacia dónde?: seguramente que hacia nada bueno. La primera transición (ruptura) se hizo sin reunir Cortes constituyentes y dió gato por liebre, convenciendo al pueblo que era lo que tenía que ser. ¿Y ahora de qué serán capaces? Como la palabra talismán es la de "cambio... por el cambio", hemos vuelto atrás varias decenas de años hasta soñar con Suárez, González, Aznar, ZP... hasta ahora. Cambio incluso constitucional pero sin decir bien en qué consiste. Con engaño. Con pasotismo y desencanto en el pueblo. Este  pueblo que es guiado y conducido como menor de edad. Sin duda, un segundo cambio-ruptura alejará todavía más la política de la sociedad.

Sin Dios, al que se ha echado de las constituciones y leyes, ¿qué esperábamos? Estamos convencidos que, sobre todo en España, la expulsión de Dios y los Diez Mandamientos de las instituciones desde 1978, ha perjudicado gravemente la verdadera representación cuando se dijo y ahora se desearía decir de nuevo: "habla, pueblo, habla". Un inciso, digamos que la representación anterior a 1976 no era tal porque estaba mediatizada por el partido único y además no era verdaderamente orgánica. Pues bien, cuando se podía abrir la puerta de la esperanza -aunque al ser "en contra" estaba viciada de antemano, sobre todo por convertirse inmediatamente en partitocracia y de partidos poco o nada demócratas como el PCE etc.- no pasamos del umbral. Por algo en 1976 el despotismo ilustrtado organizó la trampa de Montejurra-76 para hundir a la úinica política que podría oponerse a la desintegración social y de España.

Sin la limitación y orientación del poder civil hacia Dios, sin la confesionalidad católica de las leyes -y no un mero humanismo antropocéntrico-, se crean nuevos ÍDOLOS que sueltan la caja de los truenos y conducen a la corrupción. ¿Qué queríamos? Más: sin Patria y sin Fueros.... ¿qué hacer?

Se ha roto la tradición hasta el punto que hoy las personas mayores son rechazadas como trastos viejos, perdiendo la sociedad  muchísimo con eso: alma, saberes, paciencia y calma, solidez, raigambre, y religiosidad... El culto a la juventud (efebocracia), irresponsable en cuanto tal culto, produce una sociedad enferma, envejecida, truncada y capaz de todos los males.

Limitación del poder del Estado, culto a Dios como Señor, más sociedad y menos Estado, fortalecer la sociedad, principios de subsidiariedad y totalidad o unidad, Patria -que son los padres- y Fueros -que son derechos propios-, una verdadera representación, fortalecer las propias tradiciones y completar el impulso juvenil con el saber de la vejez... son puntales para una regeneración que nunca llega. 

Sin esto no habrá regeneración alguna. ¡Ya está bien de hundir España y a los españoles, y, los causantes del hundimiento, querer redimirse pidiendo, por favor, una regeneración! Ya no queremos hipócritas entre nosotros. 

La única salida es reconocer la causas de los males, las causas podridas,volver a Dios, descubrir la base estable y común a una gran parte de la sociedad española en su unidad y variedad, y la tradición renovadora.

José Fermín de Musquilda
Pamplona / Iruña, 12-II-2016

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