HEMEROTECA (DdN)
DE ESTO, del cobro de cesantías, sí que se debiera hablar. Y mucho.
El cobro de las cesantías debiera acabar a beneficio de todos los navarros. ¿Por qué? Pues no sólo por su coste económico, sino sobre todo por la ejemplaridad que exigen los cargos y el agravio comparativo respecto a los demás ciudadanos. Tras eliminar el mandato imperativo en 1978 y el juicio de residencia, hoy los políticos se marchan de sus cargos sin ser examinados y además cobrando un dineral.
Aquí no pagamos el diezmo como en la Edad Media, sino la mitad o más del salario bruto anual, aunque el verdadero Fuero nunca esquilmó a los navarros.
Se debiera poner fin a esta sangría de gasto arbitrario y caprichoso de dinero público. Dinero que es nuestro trabajo, el de todos los cotizantes y contribuyentes como se dice hoy, términos estos que sustituyen de forma vergonzante al del Bien Común. ¿Hay alguien que cree en el Bien Común? ¿Y en la igualdad tan predicada? También es evidente que se debiera poner fin al agravio. ¿No es verdad que aquí hay una casta, la de los políticos del sistema? ¿Dónde están los indignados? ¿Volveremos de nuevo a sepultarnos como derrotados en nuestras casas?
A muchos les escandalizan las noticias como esta, pero quien tiene el poder político decide por sí lo que cree conveniente sobre todas las cosas. Y luego criticará a los del pasado por absolutistas y tener un poder ilimitado. Pues mira que ellos...
Las cesantías y el derroche, meterse en la política y vivir tan bien, la desigualdad y el agravio... parecen independientes del partido político que sea, aunque afecta más a cierto sesgo progre, por otra parte contradictorio con lo que predica.
También sería de caraduras decir: si me votas para ciertas cosas, aguanta otras porque si no te quedas sin nadie a quien votar. ¿Y así todos?
Concluyamos que el actual sistema político liberal-socialista cuida bien a sus hijos, o mejor los hijos del sistema utilizan éste cuidándose estupendamente. Aquí no hay lloros por las cesantías sino alegrías.
Como sigan las cosas así, no hay solución, pues la prensa nos las recuerda un día para luego sepultarlas con noticias mil. Si el olvido es contraproducente, ¿para qué informarnos? ¿Cómo se pone remedio a esta caradura pública que abarca a toda la partitocracia, y no sólo a los pobrecitos ricachos de la mala política?
Pero ahí no terminan nuestros males. El PSN chivitista (de la Sra. Chivite, se entiende) ha arrebatado el poder político a la lista más votada en Navarra, que le dobla en parlamentarios, y una de sus primeras medidas es el aumento de altos cargos del Gobierno. Además del nepotismo que ello significa, esto nos cuesta una millonada. ¿Pero qué les importa a ellos, a los que manipulan el término progreso y tantos otros? ¿Qué quieren vender a la "ciudadanía" o mejor decir a los navarros?
A aguantarse.
O a manifestarse y enseñar los dientes. A remover como sea toda esta morralla.
Digamos a los derrotados y por derrotar, a amigos y no tan amigos: ¿y aquí nadie se manifiesta?
Ramón de Argonz
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